Pocas horas antes de que sea inaugurado el pesebre y el árbol de Navidad del Vaticano, situados como cada año en medio de la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco recibió en audiencia a una delegación de Malta y de la ciudad italiana de Trentino que han sido quienes los han donado.
El Pontífice subrayó que todos aquellos que visiten el pesebre “serán invitados a redescubrir el valor simbólico, que es un mensaje de fraternidad, de compartir, de acogida y de solidaridad”.
“También los pesebres hechos en las iglesias, en las casas y en muchos otros lugares públicos son una invitación a hacer un lugar en nuestra vida y en la sociedad a Dios, escondido en el rostro de tantas personas que están en condiciones de malestar, de pobreza y de tribulación”, añadió.
Francisco les agradeció el gesto y explicó que “las esferas de colores que han creado” para el árbol “hacen referencia a los valores de la vida, del amor y de la paz que el nacimiento de Cristo viene a proponernos cada año”.
Por otro lado, el pesebre “reproduce el paisaje de Malta y está completado por la tradicional cruz de Malta y por el ‘luzzu’, típica embarcación maltesa que destaca la triste y trágica realidad de los inmigrantes en los barcos hacia Italia”.
“En la experiencia dolorosa de estos hermanos y hermanas, vemos la del niño Jesús, que en el momento de su nacimiento no encontró alojamiento y nació en la gruta de Belén, y después fue llevado a Egipto para huir de la amenaza de Herodes”.
En referencia al árbol, el Papa recordó también la importancia de cuidar la creación e invitó a contemplar ante los dos símbolos navideños, la “bondad de Dios y su misericordia”.
Fuente: www.aciprensa.com