Con motivo de la XXV Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrará en toda la Iglesia el próximo 11 de febrero, la Santa Sede ha hecho público un mensaje del Papa Francisco en el que resalta que quienes padecen una enfermedad o una discapacidad tienen una misión en la vida y nunca pueden ser considerados “simples objetos”.
El Papa Francisco señaló que “los enfermos, como las personas que tienen una discapacidad incluso muy grave, tienen una dignidad inalienable y una misión en la vida y nunca se convierten en simples objetos, aunque a veces puedan parecer meramente pasivos, pero en realidad nunca es así”.
La Jornada fue establecida por San Juan Pablo II en 1992, y se celebró por primera vez en Lourdes, en Francia, el 11 de febrero de 1993. De hecho, la jornada se celebrará de forma especial en ese importante santuario mariano.
El Papa indicó que esta celebración “constituye una ocasión para prestar especial atención a la situación de los enfermos y de todos los que sufren en general; y, al mismo tiempo, es una llamada dirigida a los que se entregan en su favor, comenzando por sus familiares, los agentes sanitarios y voluntarios, para que den gracias por la vocación que el Señor les ha dado de acompañar a los hermanos enfermos”.
El Pontífice señaló que “en la Jornada Mundial del Enfermo podemos encontrar una nueva motivación para colaborar en la difusión de una cultura respetuosa de la vida, la salud y el medio ambiente; un nuevo impulso para luchar en favor del respeto de la integridad y dignidad de las personas, incluso a través de un enfoque correcto de las cuestiones de bioética, la protección de los más débiles y el cuidado del medio ambiente”.
Además, “esta celebración renueva en la Iglesia la fuerza espiritual para realizar de la mejor manera posible esa parte esencial de su misión que incluye el servicio a los últimos, a los enfermos, a los que sufren, a los excluidos y marginados”.
El Santo Padre recordó en su mensaje, que lleva por título “El asombro ante las obras que Dios realiza: ‘El Poderoso ha hecho obras grandes por mí’”, que en Lourdes la Virgen miraba a Santa Bernadette, “pobre, analfabeta y enferma, como se mira a una persona”.
“La hermosa Señora le habla con gran respeto, sin lástima. Esto nos recuerda que cada paciente es y será siempre un ser humano, y debe ser tratado en consecuencia”.
El Papa Francisco expresó su “cercanía a todos vosotros, hermanos y hermanas, que vivís la experiencia del sufrimiento, y a vuestras familias”.
El Pontífice también agradeció “a todos los que, según sus distintas ocupaciones y en todos los centros de salud repartidos por todo el mundo, trabajan con competencia, responsabilidad y dedicación para vuestro alivio, vuestra salud y vuestro bienestar diario”.
Fuente: www.aciprensa.com