En la homilía de la Misa que celebró esta mañana en la capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco llamó a los cristianos a llevar “una vida valiente” en contraposición de los cristianos perezosos que están “estacionados” en la Iglesia.
El Santo Padre pidió evitar ser “cristianos perezosos, cristianos sin voluntad de andar adelante, cristianos que no luchan por cambiar las cosas, por hacer cosas nuevas, cosas que nos harían bien a todos, cristianos ‘estacionados’ que encuentran en la Iglesia un buen parking” (estacionamiento/parqueadero).
Francisco aclaró: “cuando digo cristianos, me refiero a los laicos, a los sacerdotes, a los obispos, a todos”. Para esos cristianos perezosos, “la Iglesia es un parking que custodia la vida y siguen adelante con todas las garantías posibles”, sin preocuparse.
“Esos cristianos cerrados me hacen pensar en una cosa que de niños nos decían a los abuelos: ‘Procura que el agua no se estanque, la que no corre es la primera en corromperse’”.
El Pontífice resaltó que “este es el mensaje de hoy: tengan esperanza, esa esperanza que no decepciona, que va más allá. Una esperanza que sea un ancla firme para nuestra vida. La esperanza es el ancla: la tiramos y nos aferramos a la cuerda. Esa es nuestra esperanza. La esperanza no es pensar que, ‘sí, existe el cielo, qué bueno, ya me quedo’. No, la esperanza es luchar, aferrarse a la cuerda para llegar a nuestro destino. En la lucha de cada día, la esperanza es una virtud de horizontes, ¡no de encerrarse!”.
El Pontífice reconoció que la esperanza “quizás sea la virtud que menos se entiende, pero es la más fuerte. La esperanza: vivir en esperanza, vivir de esperanza, siempre mirando adelante con valentía. Alguno podrá decirme: ‘Sí, Padre, pero hay momentos duros, donde todo parece oscuro. ¿Qué debo hacer en esos momentos?’. ‘¡Agárrate a la cuerda y amárrate!’”.
“Debemos hacernos esta pregunta: ¿Cómo soy yo? ¿Cómo es mi vida de fe? ¿Es una vida de horizontes, de esperanza, de valentía, de ir adelante, o es una vida tibia que ni siquiera es capaz de soportar los malos tiempos?”.
Francisco finalizó con una petición: “que el Señor nos dé la Gracia para superar nuestro egoísmo, porque los cristianos cerrados, los cristianos ‘estacionados’ son egoístas. Se miran solo a sí mismos, no saben levantar la cabeza para mirarlo a Él. Que el Señor nos dé esta gracia”.
Lectura comentada por el Papa Francisco:
Hebreos 6:10-20
10 Porque no es injusto Dios para olvidarse de vuestra labor y del amor que habéis mostrado hacia su nombre, con los servicios que habéis prestado y prestáis a los santos.
11 Deseamos, no obstante, que cada uno de vosotros manifieste hasta el fin la misma diligencia para la plena realización de la esperanza,
12 de forma que no os hagáis indolentes, sino más bien imitadores de aquellos que, mediante la fe y la perseverancia, heredan las promesas.
13 Cuando Dios hizo la Promesa a Abraham, no teniendo a otro mayor por quien jurar, juró por sí mismo
14 diciendo: ¡Sí!, te colmaré de bendiciones y te acrecentaré en gran manera.
15 Y perseverando de esta manera, alcanzó la Promesa.
16 Pues los hombres juran por uno superior y entre ellos el juramento es la garantía que pone fin a todo litigio.
17 Por eso Dios, queriendo mostrar más plenamente a los herederos de la Promesa la inmutabilidad de su decisión, interpuso el juramento,
18 para que, mediante dos cosas inmutables por las cuales es imposible que Dios mienta, nos veamos más poderosamente animados los que buscamos un refugio asiéndonos a la esperanza propuesta,
19 que nosotros tenemos como segura y sólida ancla de nuestra alma, y que penetra hasta más allá del velo,
20 adonde entró por nosotros como precursor Jesús, hecho, a semejanza de Melquisedec, Sumo Sacerdote para siempre.
Fuente: ACI Prensa