O se sirve a Dios o a las riquezas, porque “no se puede servir a dos señores”. Esta fue la reflexión del Papa Francisco en la homilía de la casa de Santa Marta a primera hora de la mañana al recordar que uno de los mayores dones de Dios es el de la felicidad.
El Papa comentó el pasaje del joven rico “que quería seguir al Señor, pero al final era tan rico que eligió las riquezas”. “Qué difícil es que un rico entre en el Reino de los cielos”, afirmó.
Al comentar el Evangelio, habló de la actitud de Pedro ante Jesús cuando le dice: “Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido”. Y la respuesta de Jesús “fue clara”: “nadie que haya dejado todo quedará sin recibir el ciento por uno”.
“El Señor no sabe dar menos de todo. Cuando Él dona algo se dona a sí mismo, que es todo” porque “la plenitud de Dios es una plenitud realizada en la cruz”.
“Este es el don de Dios: la plenitud crucificada. Y este es el estilo del cristiano: buscar la plenitud, recibir la plenitud y seguir por este camino. No es fácil. ¿Y cuál es el signo de que voy adelante en este dar todo y recibir todo? ‘Glorifica al Señor con ojo generoso y contento. En cada ofrenda muestra tu rostro alegre’”.
Sin embargo, “el joven rico tiene el rostro oscurecido y anda triste”. “No ha sido capaz de recibir, de acoger esta plenitud” pero “los santos, Pedro mismo, la han acogido y en medio de las pruebas, de las dificultades tenían el rostro alegre, el ojo contento y la alegría del corazón”.
Francisco finalizó recordando a San Alberto Hurtado: “trabajaba siempre, dificultad tras dificultad. Trabajaba por los pobres. Fue de verdad un hombre que hizo camino en ese país. La caridad para la asistencia a los hombres. Pero fue perseguido, con muchos sufrimientos. Pero cuando estaba ahí, clavado en la cruz, la frase era: ‘Contento, Señor, Contento’”.
“Que él nos enseñe a ir en este camino, nos de la gracia de hacer este camino un poco difícil del ‘todo o nada’, de la plenitud clavada en la cruz de Jesucristo y decir siempre, sobre todo en las dificultades: ‘contento, Señor, contento’”.
Lecturas comentadas por el Papa:
Primera lectura
Eclesiástico 35:1-12
1 Observar la ley es hacer muchas ofrendas, atender a los mandamientos es hacer sacrificios de comunión.
2 Devolver favor es hacer oblación de flor de harina, hacer limosna es ofrecer sacrificios de alabanza.
3 Apartarse del mal es complacer al Señor, sacrificio de expiación apartarse de la injusticia.
4 No te presentes ante el Señor con las manos vacías, pues todo esto es lo que prescribe el mandamiento.
5 La ofrenda del justo unge el altar, su buen olor sube ante el Altísimo.
6 El sacrificio del justo es aceptado, su memorial no se olvidará.
7 Con ojo generoso glorifica al Señor, y no escatimes las primicias de tus manos.
8 En todos tus dones pon tu rostro alegre, con contento consagra los diezmos.
9 Da al Altísimo como él te ha dado a ti, con ojo generoso, con arreglo a tus medios.
10 Porque el Señor sabe pagar, y te devolverá siete veces más.
11 No trates de corromperle con presentes, porque no los acepta, no te apoyes en sacrificio injusto.
12 Porque el Señor es juez, y no cuenta para él la gloria de nadie.
Evangelio
Marcos 10:28-31
28 Pedro se puso a decirle: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.»
29 Jesús dijo: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio,
30 quedará sin recibir el ciento por uno: ahora al presente, casas, hermnanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna.
31 Pero muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros.»
Fuente: ACI Prensa