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Cuarto día / Lunes 15 | Novena de la Señora de la Altagracia

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Cuarto día / Lunes 15 | Novena de la Señora de la Altagracia

Cuarto día / Lunes 15

María nos reúne como hermanos / Dedicado a las madres

1. Orientaciones para este día

Hay que destacar en este día a las madres como forjadoras de fraternidad y cómo madres siempre atentas a las necesidades de los demás como María en la boda de Caná. Conviene invitarlas con ese énfasis especial de que la novena las tendrá muy pendiente en este día. Prever jarra, vino y pequeños vasitos para símbolo de este día.

 

2. Entronización de la Imagen de la Altagracia

En el lugar del encuentro, se prepara un altar con manteles limpios. Puede ser una mesita adornada con flores, una vela o velón encendido. Se forman un círculo alrededor de la imagen con las madres presentes. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.  Amén. (Se trae en procesión la Virgen con cantos marianos).

 

3. Motivación

En este cuarto día de nuestra novena queremos destacar el papel insustituible de nuestra madre como mujeres gestoras de fraternidad y que a ejemplo de María siempre se fijan en las cosas no para criticar, sino para ver en qué pueden ayudar o socorrer a otros en el apuro y la necesidad, como en la Boda de Caná.

 

4. Oración inicial

¡Oh Madre! Que en las Bodas de Caná nos diste ejemplo de velar por las necesidades de los demás, principalmente por la alegría en la familia y los matrimonios, haz de todas nuestras madres, verdaderas gestoras de fraternidad, que sean el alma y las fiestas en sus familias, y lleven como Tú María, a sus hijos hasta tu Hijo Jesús, invitándolos a hacer lo que Él nos diga.  Amén.

 

5. Lectura de la Palabra: Juan 2,1-12

“Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino.» Jesús le responde:

«¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.» Dice su madre a los sirvientes: «Hagan lo que él les diga.» Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una. Les dice Jesús: «Llenen las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba. «Sáquenlo ahora, les dice, y llévenlo al maestresala.» Ellos lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio 10.y le dice: «Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora.» Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos. Después bajó a Cafarnaúm con su madre y sus hermanos y sus discípulos, pero no se quedaron allí muchos días.”  Palabra de Dios.

 

6. Compartir la Palabra

¿Cuáles gestos fraternos encontramos en este texto? ¿Quiénes tienen gestos de fraternidad? ¿Qué elementos de fraternidad tienen las celebraciones como la boda? ¿Qué cosas de nuestras madres generan fraternidad hoy entre nosotros?

 

7. Mensaje de hoy

El tema de este encuentro “María nos reúne como hermanos” está iluminado por el texto bíblico (Juan 2,1-12). En dicho texto, el asunto central gira en torno al “vino”, un vino que, en medio de una boda, se termina. ¡Se termina el vino! Pero la madre de Jesús está presente. Está presente en medio de la comunidad fraterna, que celebra sin apenas enterarse de lo que sucede. Ella custodia vigilante, mientras el ambiente contagia de alegría compartida.

Importa destacar que Juan nos presenta a Jesús en íntima relación con su Padre. Ellos tenían un proyecto, un tiempo asignado para cada proceso.

Habían señalado “una hora”, “la hora” de las señales prodigiosas, donde la gloria de Dios sea testimoniada por la humanidad. Es aquí donde se destaca la poderosa intercesión de Nuestra Señora. Ella se introduce en los planes secretos del Padre y del Hijo. Se introduce con sabiduría, respeto y prudencia, con dulzura y exigencia, con bondad y templanza. Nuestra Señora dinamiza la “hora”, porque “la hora”, bajo sus criterios, la determina la necesidad de los hermanos y las hermanas reunidos. La “hora” es, en su presencia, ese “momento cumbre”, donde se interviene para influenciar y espabilar la llegada de la salvación: ¡ojo!, sin que los beneficiados apenas se diesen cuenta. La Madre actúa en el silencio para que se transforme la escasez en abundancia.

María reúne la comunidad en torno a Jesús, dinamizando, incluso, a su propio hijo. Cuando Jesús le pregunta – «¿Qué tengo yo contigo, mujer?, por la forma en que ella se porta, deja clara su respuesta: Jesús es el vino que se da en abundancia. Ella es quien custodia el Vino, para que no se acabe. O sea, que no falte Jesús en los corazones. “Que Jesús viva en cada uno de los hermanos y hermanas” es el deseo de la Madre, porque al fin de cuenta, el Hijo, lo más grande que posee, es lo que quiere “servir”. Hijos de una misma Madre genera comunidad de hermanos. Nosotros somos “tinajas” que aguardan llenarse del Vino de la vida, del sentido de la existencia. Para que esta realidad sea posible, hemos de hacer, como bien instruye la Madre: -lo que él diga.

La meditación del Rosario nos ayuda a sanar las grietas de nuestras tinajas, para que el Vino pueda ser conservado y repartido entre aquellos que están necesitando, donde el sentido de la vida se desgasta, donde no hay esperanza, donde existe la tristeza a causa de la pobreza y la precariedad, allí ha de ser servido el mejor Vino. Qué alegría poder ser, con la Madre de Jesús, servidores del Vino de la vida. Que, en medio de tantas tinieblas, nuestra tinaja sea señal de Buena Noticia.

8. Oración con el símbolo: Colocar alrededor del cuadro de la Virgen un jarrón con vino, colocar vasitos.

Oremos por todas las familias y los matrimonios para que nunca les falten la fraternidad y la alegría de los amigos, pero sobre todo la alegría que solo pueden dar Jesús y María. Demos gracias por las alegrías que nos ha dado María con su intercesión.

9. Compromiso comunitario

• Llevar serenatas marianas a las madres necesitadas del sector. Hacer un reconocimiento a madres que unen su familia.
• Realizar algún aporte a una madre necesitada.
• Visita con la Imagen de la madre María a madres que viven solas con los hijos, sin esposos.

10. Oración final y avisos: Se canta el Magnificat y se termina rezando el

Padre nuestro y el Ave María.

11. Cantos alegres a la Virgen

12. Brindis.

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