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 Octavo día / viernes 19 | Novena de la Señora de la Altagracia

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 Octavo día / viernes 19 | Novena de la Señora de la Altagracia

 

La familia, casa y escuela de fraternidad / Dedicado a las familias

  1. Motivación

Se realiza con anticipación el lugar donde será entronizado el cuadro de la Virgen de la Altagracia. Se eligen las familias o las parejas que van a dirigir ese día la novena, y puede pedírsele a ellas mismas que elaboren un cartelón con varias familias, con el que se ambientara el lugar. Hacer un árbol donde coloquen los apellidos de las familias de la comunidad. Por ejemplo: familia Pérez- Suarez, Martínez- Custodio… Si es posible ambiental con música de fondo mientras van llegando los participantes.

 

  1. Entronización de la imagen de la Virgen de la Altagracia

En el lugar del encuentro, se prepara un altar con manteles limpios. Puede ser una mesita adornada con flores, una vela o velón encendido. Se forman un círculo alrededor de la imagen con los coordinadores de los distintos grupos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. (Se trae en procesión la imagen con cantos marianos).

 

  1. Motivación

Destacamos en el octavo día de nuestra novena a la Virgen de la Altagracia a la familia como casa y escuela de la fraternidad. Pidamos a la Virgen, para que nuestras familias gesten y fomenten entre ellos la fraternidad y así nuestros hijos y las nuevas generaciones se forjen en el amor y respeto mutuo basados en nuestra condición hermanos y hermanas.

 

  1. Oración inicial

Jesús, María y José, sagrada Familia de Nazaret, alcáncennos a todas las familias la gracia de ser Iglesia doméstica, lugar de encuentro. Que nuestros hogares sean una escuela de fraternidad, donde todos nos apoyemos y busquemos el bien de todos. Amén.

 

  1. Lectura de la Palabra: Efesios 5,21-6,4

“Sean sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo. Las mujeres a sus maridos, como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es Cabeza de la Iglesia, el salvador del Cuerpo. Así como la Iglesia está sumisa a Cristo, así también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo. Maridos, amen a sus mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada. Así deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer se ama a sí mismo. Porque nadie aborreció jamás su propia carne; antes bien, la alimenta y la cuida con cariño, lo mismo que Cristo a la Iglesia, pues somos miembros de su Cuerpo. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne. Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia.

En todo caso, en cuanto a vosotros, que cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer, que respete al marido.

Hijos, obedezcan a sus padres en el Señor; porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, tal es el primer mandamiento que lleva consigo una promesa: Para que seas feliz y se prolongue tu vida sobre la tierra. Padres, no exasperen a sus hijos, sino fórmenlos más bien mediante la instrucción y la corrección según el Señor.”  Palabra de Dios.

 

  1. Compartir la Palabra

Dios desea que la Iglesia refleje la clase de vida que Dios quiere para los seres humanos. La familia es un don de Dios y hay que defenderla y armonizarla. Leída la Palabra, después de un momento de silencio podemos preguntarnos: ¿Qué relación tiene el someterse unos a otros con el respecto y la tolerancia? ¿Qué diferencia existe entre el maltrato y la corrección de los hijos? ¿Por qué es importante educar a los hijos desde pequeño a vivir en el amor fraterno?

 

  1. Mensaje de hoy: La familia escuela de fraternidad

La fraternidad es parte del principio de la unidad con Dios que es familia y se hace familia. La fraternidad es un llamado a retornar al sentido de la familia, en obediencia a Dios que nos pide plantear la existencia desde esa concepción, viviendo el espíritu de familia no solo con los que tienen el mismo vínculo de sangre sino con todo ser humano. La fraternidad en la familia se practica viviendo en armonía, en la aceptación mutua y brindando apoyo y comprensión. Se vive en fraternidad cuando se encuentra en la familia ese espacio de protección, seguridad y amor incondicional que permite el crecimiento personal, la buena salud mental y la construcción de ciudadanía responsable (Altagracia Suriel, 20 valores para vivir, 2016, pg. 124)

La Familia escuela de comunión para anunciar la fe La familia tiene el compromiso de vivir la comunión fraterna entre sus miembros para construir la pequeña iglesia donde se viva la experiencia de Dios y se anuncie la fe a las demás familias en, especial a las nuevas generaciones con el testimonio edificante de cada uno de sus miembros.

Así la promoción de una autentica y madura comunión de personas en familia se convierte en la primera e insustituible escuela fraternidad, de socialización, ejemplo y estímulo para las relaciones comunitarias más amplias en un clima de respeto, justicia, dialogo y amor” (familias consortio 43) La presencia del espíritu del Señor hace posible la unidad, la integración y la vivencia de los valores fundamentales de una auténtica familia según el plan de Dios. La familia como pequeña iglesia es la escuela para vivir la dimensión comunitaria y fraternal del amor.

 ¿Cómo se construye la fraternidad en la familia?

La realidad es que el amor fraternal en la familia se construye día a día, a base de educación, de renuncia al propio egoísmo, de apertura al otro, por medio de un trato que vaya más allá de los saludos habituales entre quienes viven bajo el mismo techo.

Curar el amor y promover la amistad: Si en casa ha sido promovido el amor; si el amor ha sido preservado y custodiado, a veces también «curado», a lo largo de los meses; si padres e hijos se sienten no sólo miembros de unamisma familia, sino realmente amigos que se quieren y se ayudan. Entonces este tesoro de cariño, que es un don maravilloso de Dios, ha echado raíces fuertes como para que la fraternidad familiar permanezca en el tiempo.

La fraternidad familiar no es igual a ausencia de conflictos y dificultades. Desde el amor, los padres pueden ayudar mucho a que entre los hijos se promueva un clima de respeto. Es lícito que cada uno tenga su pequeño espacio de autonomía (donde las dimensiones de la casa lo permitan). Pero es más importante educar a cada hijo a no encerrarse en su pequeño mundo y a abrirse a sus hermanos con el mismo cariño, o incluso superior, con el que se abren y tratan con sus amigos de escuela o de barrio.

 La fraternidad sale del seno familiar hacia la comunidad

Es muy hermoso ayudar al hermano que tiene problemas o se encuentra en necesidad: problemas laborales, que no alcanza a pagar la renta, no tiene la comida del día o un enfermo no tiene su medicina. Las situaciones son infinitas, y los tipos de ayuda que se pueden ofrecer son variantes. Por lo que es la familia la llamada a educar a sus hijos de manera quesean sensibles a practicar el amor fraterno, enseñándolo primero con el ejemplo.

 

  1. Canto: Canción de la familia. Que ninguna familia comience de repente.
  2. Oración final: Orar por las familias en peticiones espontáneas.

 

  1. Compromiso:
  • Hacer el Rosario familiar, Visita con la Imagen a las familias.
  • Entregar un valor a cultivar y por el que rezar en la familia.
  • Usar un lenguaje edificante en la casa.
  • Invitar a la Campaña de Limpieza
  1. Compartir: Poner canciones sobre la familia, mientras se hace el brindis.

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