Excelentísimo Señor Presidente Constitucional, Lic. Danilo Medina Sánchez.
Dra. Margarita Cedeño de Fernández, Vicepresidente Constitucional
Honorable Primera Dama de la República, Lic. Cándida Montilla de Medina
Señores Ministros y Vice Ministros.
Cuerpo Diplomático acreditado en la República Dominicana.
Autoridades Civiles y Militares.
Señores de la Prensa.
Señoras y Señores.
Muy queridos hermanos y hermanas.
Una breve reflexión en este día conmemorativo de nuestra Independencia Nacional.
Creo que es la mejor ocasión para recordar el texto evangélico que acabamos de escuchar y que tenemos siempre presente en nuestro Escudo Nacional: “Conocerán la verdad y la verdad les hará libres”.
Iluminado por la Fe, nuestro Patricio Juan Pablo Duarte, puso en nuestro Emblema Nacional, la Biblia abierta, justamente en este texto de San Juan capítulo 8, versículo 32.
Pongamos atención a esto. La frase está precedida por un llamado de Jesús a “mantenerse en su Palabra”. Esto quiere decir, escuchar la Palabra de Dios, dejarse guiar por ella y obedecerla. Así, se puede ser discípulo de Jesús. Y así también llegarán a conocer “La Verdad”. Recordamos que, el mismo Jesús nos enseña que, “Él es la Verdad: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”.
Conocer “la Verdad”, es conocer a Jesús, el único capaz de liberarnos. “Conocerán la Verdad y la Verdad les hará libres”.
En el mensaje de la Conferencia Episcopal Dominicana, con motivo de esta fiesta del 27 de febrero 2018, hemos destacado uno valores fundamentales para la convivencia pacífica y armónica en nuestro país. La libertad es uno de esos valores que hemos querido subrayar.
“La libertad debe ejercerse también como capacidad de disponer de sí mismo con vistas al auténtico bien, en el horizonte del bien común universal”.
Al destacar el valor de la libertad, hacemos notar la prioridad del “valor Dios”, al que le siguen “la Patria” y “la Libertad”. Interpretando el ideal de los primeros constituyentes, quiere decir que, Dios está por encima de la Patria y la Libertad.
La Patria es un regalo de Dios. La libertad es un regalo de Dios. Recibimos estos regalos, gracias a su infinita misericordia como nos enseña la primera lectura.
“Voy a recordar las misericordias del Señor (…) todo lo que hizo por nosotros el Señor, sus muchos beneficios a la casa de Israel, lo que hizo con su compasión y con su gran misericordia” (Is. 63,7).
El modernismo, el tecnicismo y todos los avances en la comunicación, junto a lo que podemos llamar “la Sociedad de Consumo” o consumismo, está llevando a nuestra sociedad actual, a construir un mundo alejado de Dios, un mundo que prescinde del “valor Dios”. Ahí tiene su raíz, el “secularismo”: “vivir preocupado sólo por lo temporal” y desplazar los valores trascendentes. Desplazar a Dios.
En este sentido debemos advertir que, una sociedad desarraigada, es decir, sin raíces profundas, una sociedad que sólo piensa en lo material y en los beneficios individuales políticos y económicos, prescindiendo siempre del “Valor Dios”, es una sociedad que camina hacia la esclavitud.
Termino con las palabras del Apóstol Pablo: “Para ser libres nos liberó el Mesías” (Gal. 5,1). Y sigue diciendo el Apóstol: “A ustedes, hermanos, los han llamado a la libertad; solamente que esa libertad no dé pie a los bajos instintos. Al contrario, que el amor los tenga al servicio de los demás” (Gal. 5,13).
Formato PDF: TE DEUM 27 DE FEBRERO 2018
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