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UN LLAMADO A DEFENDER LA VIDA HUMANA

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UN LLAMADO A DEFENDER LA VIDA HUMANA

A propósito del intento de llevar a Ley especial el tema del aborto.

  “El aborto no es un mal menor: es un crimen, es echar fuera a uno para salvar a otro. Es lo que hace la mafia”.

1. Los Obispos de la República Dominicana, junto a nuestros Sacerdotes, Religiosos y Religiosas, Diáconos y nuestros Laicos, estamos sumamente preocupados por los reiterados intentos de despenalizar el asesinato de creaturas entre las que se encuentran las futuras mujeres dominicanas.

2. Para la Ley la concepción crea derechos, y si se conjuga con el artículo constitucional (art. 37), el primer derecho que posee el concebido es el derecho a la vida, cuyo respeto es lo que hace posible otros derechos. Legislar a favor del aborto es inconstitucional en sí mismo, y atentaría contra el orden jurídico, pues las leyes especiales creadas para regular situaciones particulares no pueden generar cambios en la Constitución, ya que solo una Ley Orgánica es la que posee esta característica reformadora, siempre que sea en los casos permitidos, respetando su contenido esencial y el principio de razonabilidad.

3.Nos preocupa la presentación de cifras y datos que no se corresponden con la verdad, pretendiendo exhibir las tres causales del aborto como algo que es de beneficio para las mujeres de nuestro país, vil mentira. Hay un claro interés de mantener desinformada y confundida a la población para dar paso al aborto, el cual convertiría a nuestro país en otro lugar de beneficio para este lucrativo negocio.

4.Queremos expresar a la ciudadanía que el aborto, sea como sea que se plantee, será siempre eliminar una vida humana indefensa. No existe el derecho al aborto (matar), existe el derecho a la vidaPor esta razón, reclamamos al Gobierno dominicano, en sus tres Poderes, que apoyen la vida de todos, creando políticas públicas que garanticen la salud de la madre y de su hijo por nacer. Les exhortamos a que no manchen con sangre inocente las páginas de nuestra historia actual, y honremos a Dios y a la Patria con cada uno de sus habitantes, de modo que no tengamos que llevar la carga de conciencia de haber contribuido a una legislación para matar.

5.Como dominicanos y respetuosos de la ciencia, en la que también nos apoyamos para presentar nuestros argumentos, la cual cada vez con más precisión demuestra que la vida humana está presente desde la concepción, estamos en la obligación de defender la vida humana en todas sus etapas, incluida la vida prenatal. Tal y como afirma el Papa Francisco “el aborto no es un problema religioso, sino humano”. Y como a la Iglesia le compete todo lo humano, también le corresponde defender con ahínco la vida de los no nacidos, indefensos y sin una voz que los defienda.

6.El aborto va más allá de la responsabilidad de las personas concretas y del daño que se les provoca, asumiendo una dimensión fuertemente social: es una herida gravísima causada a la sociedad y a la cultura por quienes deberían ser sus constructores y defensores. Nos encontramos ante una desastrosa amenaza contra la vida: no solo la de cada individuo, sino también la de toda civilización.

7.Aclaración de las tres causales:

  • Qué triste y decepcionado estaríamos los dominicanos, si en vez de legislar para castigar al violador, se legisla para matar al inocente.
  • Es injusto que, por una mal formación de la criatura en el vientre, se legislara para matarlo. Los discapacitados o personas con condiciones especiales tienen los mismos derechos de vivir que los demás.
  • Es incomprensible que se legisle para que en un “caso extremo” el médico vaya directamente a matar a la criatura, sin llevar adelante todos los avances que ofrece la ciencia médica; el médico tiene el deber ético y moral de ir a salvar las dos vidas, la de la mujer y la creatura por nacer.

8.Estamos ante amenazas nunca imaginadas en un pueblo que expresa en sus símbolos patrios: Dios, Patria y Libertad, y un mensaje bíblico contundente: “La verdad les hará libres”. No nos hagamos esclavos de ideologías foráneas y creadoras de confusiones, que buscan una nueva manera y forma de imponer el poder y el dinero por encima del valor fundamental de la vida humana.

9.Es preciso compartir las claras expresiones del Papa Francisco: “El aborto no es un mal menor: es un crimen, es echar fuera a uno para salvar a otro. Es lo que hace la mafia. Es un crimen, es un mal absoluto”.

10.Nuestra obligación es advertir lo que ocurriría de aprobar las tres causales del aborto. Para esto es necesario observar lo que ha ocurrido en todos los países en los que se han aprobado. Luego de aprobadas las causales el grupo de la cultura de la muerte exige que se apruebe el aborto libre, la mortalidad materna no disminuye, los embarazos de adolescentes tampoco (a menos que sea asesinando los niños en el vientre de su madre); los abortos se multiplican, las transnacionales se lucran de esas naciones dejando a los países peor que antes. Los países ricos siguen siendo ricos y los pobres continúan siendo pobres. Nuestro país no sería una excepción.

11.“Resuena categórico el reproche del Profeta: « ¡Ay, los que llaman al mal bien, y al bien mal!; que dan oscuridad por luz, y luz por oscuridad” » (Is 5, 20)…en el caso del aborto se percibe la difusión de una terminología ambigua, como la de “interrupción del embarazo” , que tiende a ocultar su verdadera naturaleza y a atenuar su gravedad en la opinión pública… el aborto procurado es la eliminación deliberada y directa, como quiera que se realice, de un ser humano en la fase inicial de su existencia que va desde la concepción al nacimiento”. (Evangelium Vitae58). Es lamentable la usual manipulación de un lenguaje engañoso para promover la muerte.

12.En su última Exhortación Apostólica, Gaudete et Exultate No. 101, el Papa Francisco sostiene que ayudar a los pobres debería ser tan importante como luchar contra el aborto: “Nuestra defensa de los inocentes no nacidos debe ser clara, firme y apasionada porque está en juego la dignidad de la humanidad, que es siempre sagrada, igualmente sagradas son las vidas de los pobres por quienes la Iglesia ha hecho una opción predilecta”.

13.La vida que Jesús ama. Pretender excluir una vida por otra no es el camino del amor que Jesús nos muestra, quien “vino a dar su vida en rescate por TODOS”. No hay, por tanto, justificación privada ni legal para el aborto. La vida por tanto debe ser defendida en TODAS sus etapas. Propiciamos crear políticas para acompañar a las madres en gestación en todos esos casos que ni científica, ni legal, ni moralmente son aceptables. Optimicemos nuestro sistema de salud. Trabajemos en la educación de nuestros niños, adolescentes y jóvenes para promover una sexualidad responsable y, el respeto y defensa de la vida, así como trazar políticas públicas orientadas a la protección integral de la madre y el hijo por venir.

                                

Consejo Permanente

Conferencia del Episcopado Dominicano.

Fuente: www.ced.org.do

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