En estos días de la JMJ tendrán la oportunidad de estar en las catequesis con obispos de distintos países; contarán con una formación interesante; el Parque del Perdón, con están los lugares para la confesión; reconciliarse con Dios; el Festival de la Juventud en el que la variedad del talento de los distintos países ofrecen unas posibilidades para alimentar el espíritu. Y el encuentro tan especial con Jesús Eucaristía, alimento espiritual para enfrentar los desafíos de la vida.
En la Iglesia estamos en espera de esta primavera juvenil. Confiamos en ustedes, esperamos mucho de ustedes, porque estamos plenamente convencidos, que los verdaderos protagonistas para los cambios y las transformaciones que requiere la humanidad y la Iglesia están en sus manos, en sus capacidades, en su visión de un mundo mejor.
Para asumir este gran desafío deben prepararse en conciencia conociendo su historia personal, familiar, social y cultural, pero sobre todo su historia de fe. Solo así, de la mano de sus abuelos y sus mayores, podrán transformar con la alegría del evangelio aquellas situaciones de injusticia y de inequidad, que hieren a la sociedad.
La Virgen María, la jovencita de Nazaret, es un modelo confiable a seguir por su disponibilidad y servicio al plan de Dios. Es aquella joven que se atrevió a dar el SI al proyecto de Dios, no temió, a pesar de lo que implicaba eso en medio los riesgos que esto significaba en esos momentos. Pero aún así, dijo sí, porque Ella conocía la promesa de Dios hecha a su pueblo, que habría de enviar al Salvador. Su vida de fe le dio la fuerza y la confianza en Dios la sostuvo para asumir ser madre del Dios hecho hombre.
En los ojos de María, cada joven puede redescubrir la belleza del discernimiento; en su corazón puede experimentar la ternura de la intimidad y la valentía del testimonio y de la misión.
Por ello, esta JMJ se le ha confiado a María. Confiar en María no es solo pedirle que nos ayude o pedirle su intercesión en todo; es también actuar como Ella. Imitemos su disponibilidad a servir, como lo hizo con su prima Isabel. ¿Estemos dispuestos a que una espada nos atraviese el corazón como le pasó a María, al vivir la pasión de su Hijo y esperar pacientemente su gozosa Resurrección ?
En la Iglesia, durante la preparación de la JMJ hemos visto y descubierto jóvenes capaces de darse en la entrega por los demás. Han ido emergiendo los talentos y los liderazgos juveniles que han sostenido la organización de esta Jornada, han dado a tiempo y destiempo. Esta es una valiosa muestra que si pueden asumir proyectos impensables.
El regalo del Papa a los jóvenes Centroamericanos es el DOCAT Libro y DOCAT App que será entregado durante la JMJ y es una oportunidad para que puedan asumir responsablemente su protagonismo.
Todo está preparado para vivir la fiesta del amor de Dios en medio de nosotros. Pero no olviden que quien nos va a llevar de su mano será María, y el papa Francisco como vicario de Jesucristo, nos afianzará y confirmará en la fe.