“A GRANDES MALES, GRANDES REMEDIOS”, fue la idea principal de la homilía realizada por S.E.R. Mons. Benito Ángeles, en el Te Deum de este 27 de febrero 2019.
En presencia del Excelentísimo Sr. Presidente Constitucional de la República Dominicana, Lic. Danilo Medina Sánchez, de los miembros del Cuerpo Diplomático, Ministros, Representativos de la Comunidad Militar, Policial y de las Instituciones Civiles e invitados especiales, fue realizado el Te Deum en la Catedral Primada de América, en ocasión de la celebración de los 175 años de la Independencia Nacional Dominicana.
El Te Deum estuvo presidido por S.E.R. Mons. Francisco Ozoria Acosta, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, concelebrada por los Obispos Auxiliares S.E.R. Mons. Benito Ángeles, S.E.R. Mons. Faustino Burgos Brisman, acompañados de sacerdotes de la Arquidiócesis de Santo Domingo.
S.E.R. Mons. Benito Ángeles en la homilía destacó ante desafíos inéditos de nuestro tiempo, que involucran nuestra humanidad, como la crisis ecológica, el desarrollo de las neurociencias o técnicas que pueden modificar al hombre, las desigualdades sociales, las carencias de oportunidades en un ambiente de inequidad y de injusticias. Tenemos que invocar al Dios salvífico, al Dios misericordioso, al Dios del Amor, la paz y liberador de los pobres, deprimidos, olvidados, marginados, explotados, manipulados y expropiados de sus derechos de vivir una vida digna incluyendo los años finales de su vida.
Es preciso traer una nueva luz en que apague las oscuridades del mal expresado en la impunidad, los vicios antiéticos y degradantes de la persona humana, de la corrupción, la violencia, la inseguridad ciudadana y la indolencia. (Mensaje CED 27 de febrero 2019. No. 10, 11, 12, 13, 14 y 15).
Pidió además encender las luces de una nueva esperanza y ante lo motivador de una Independencia Nacional, que ha de ser un proceso de liberación personal, siendo hombres y mujeres liberados y liberadores.
Aclaró que un Te Deum como este, de alabanzas, bendiciones y acción de gracias, es preciso que asumamos valores esenciales de nuestra fe y de nuestro compromiso humano con nuestros ciudadanos.
Estamos convencidos de que, sin un comportamiento responsable y coherente con la vivencia de los valores, será muy difícil dar continuidad al proyecto de Nación que soñaron los Padres de la Patria. Entendemos que no basta la sola denuncia de lo malo para llegar a cambiar las cosas. Es necesario ser propositivos y proactivos, aportando cada cual su granito de arena, es decir, realizando de forma correcta la tarea que le corresponde en la sociedad. Para garantizar la paz social es indispensable el respeto a las instituciones públicas y privadas, ya que la institucionalidad del Estado es el corazón de la vida para salvaguardar las garantías de una democracia transparente, justa, equitativa, en igualdad de condiciones entre los ciudadanos.
El país es de todos y todos somos responsables de su buena o mala marcha. Aprovechamos la ocasión para pedir a todos los estamentos de la sociedad: líderes políticos, funcionarios públicos, empresas privadas, organizaciones no gubernamentales, profesionales organizados e iglesias, que asumamos la tarea de vivir y educar de acuerdo a la ética y con los valores de la honestidad, equidad, verdad, trabajo, responsabilidad, respeto, solidaridad, fraternidad, justicia, hospitalidad y amor a la familia. Porque no podemos abandonar nuestro país bajo la perversa hegemonía de antivalores, encarnados en hombres y mujeres sin principios éticos ni morales. Nuestro país merece un mejor porvenir y su destino está en nuestras manos.
Apelamos a la sensatez y cordura y al compromiso de toda la ciudadanía, de manera muy especial de los servidores públicos, la clase política y todos los hombres y mujeres de buena voluntad, que se interesan por la buena marcha del país, para que juntos construyamos una República Dominicana diferente que respete el supremo valor de la vida, que sea equitativa, donde se combata la miseria con políticas de inclusión de los más pobres en los proyectos de desarrollo; una sociedad honesta, cordial, unida, solidaria, viviendo a plenitud los valores que sostuvieron la libertad conquistada aquel 27 de febrero de 1844.
Restauremos la confianza, el optimismo y la esperanza de un futuro promisorio. Pedimos al Señor, fuente de toda sabiduría, que ilumine al pueblo dominicano y a todas sus autoridades, en el 175 aniversario de su Independencia, teniendo como centro y motivación de nuestro vivir y servir a Dios, la Patria y la Libertad; fueron las palabras de S.E.R. Mons. Benito Ángeles, Obispo Auxiliar de Santo Domingo
El Te Deum concluyó pidiendo a Dios y a la Virgen de la Altagracia iluminen y fortalezcan nuestros principios y valores humanos, cristianos y patrióticos: Dios, Patria y Libertad.
Anexos:
1. Nota de prensa.
2. Homilía Mons. Ramón Benito Ángeles Fernández
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COMISIÓN DE COMUNICACIÓN Y PRENSA
ARQUIDIÓCESIS DE SANTO DOMINGO