“La política no puede estar al margen de la moral si no quiere convertirse en una de las más nefastas actividades por sus implicaciones para la sociedad”. Así lo expresan los obispos dominicanos en su tradicional Carta Pastoral con motivo de la Fiesta de Nuestra Señora de Altagracia, Patrona de República Dominicana, este año titulada “Elecciones 2020: espacio de participación y compromiso”. En efecto, los procesos electorales que se llevarán a cabo, en febrero, con los comicios municipales y, a finales de mayo, con los elecciones legislativas y presidenciales son la principal preocupación de los obispos dominicanos: “En estos 58 años de construcción democrática, hemos tenido la amarga experiencia de procesos electorales traumáticos, que han afectado el orden político y económico, la tranquilidad y progreso del país” – escriben los obispos.
La política debe ir de la mano de la moral
A pesar de los avances en el sistema electoral y la introducción de dos nuevas normas que refuerzan la transparencia de los comicios, la Carta Pastoral pone de relieve la urgencia de un comportamiento ético en la sociedad. “El aniquilamiento de la ética – se lee en el mensaje – marca el paso hacia el uso degradante del poder, a la explotación y a los abusos por parte de quienes ocupan los primeros puestos, y al arrinconamiento de una clase desposeída a la que solo le asiste el derecho a consentir”. De allí, la exhortación a los electores a votar por personas honestas que ofrezcan garantías de futuro a la patria y que custodien los valores supremos de la nación.
Necesarias acciones concretas por parte de los candidatos
A los candidatos, los obispos piden acciones concretas para combatir los graves problemas del país. “Dentro de sus propuestas – escriben – no deben faltar temas como la corrupción administrativa y los caminos para combatirla; la defensa de las dos vidas, tanto de la madre como del hijo por nacer; la violencia ciudadana generalizada y la violencia intrafamiliar como una subcultura que demanda una atención urgente». Además, exhortan a respetar el orden jurídico y constitucional y a promover inversiones en áreas primordiales como la salud, la justicia y la seguridad social. La carta pastoral observa también la necesidad de una política de empleo que ofrezca mayores oportunidades para incorporar a los jóvenes a la actividad productiva y una atención especial al valor de la mujer y la necesidad de crear mayores oportunidades para demostrar su inconmensurable valor, dignidad y respeto en la sociedad.
Urgente erradicación de la corrupción
El episcopado insiste en la necesidad de erradicar la corrupción , “una práctica que debilita los cimientos de la Nación prostituyendo el servicio público, desarticulando las instituciones y desmoralizando a los ciudadanos”. Igualmente, critica la debilidad de la administración de justicia donde no faltan las “prácticas corruptas, sobornos e impunidad”. Frente a estas plagas sociales, la Carta Pastoral enfatiza la necesidad de propiciar una convivencia y una educación ciudadana, “un imperativo ético y una necesidad básica para el sostenimiento y fortalecimiento de la democracia”.
En su mensaje, la Conferencia episcopal dominicana recuerda la conmemoración de los 60 años de la Carta Pastoral de 1960, preludio de la caída, un año después, de la terrible dictadura Rafael Leónidas Trujillo. En su momento, para los obispos este documento fue un “faro de luz y esperanza” para la población atribulada y para la “juventud perseguida y torturada que clamaba libertad”. Un aniversario que el episcopado propone como una ocasión propicia “para que todos juntos, más allá de coyunturales diferencias, reafirmemos el compromiso solemne de continuar aportando lo mejor de lo que somos y tenemos en la construcción de una mejor República Dominicana”.
Fuente: Vatican News