Urbi et orbi significa a la Ciudad (Roma) y al mundo. Su nombre deriva de la fórmula con las que iniciaban las proclamas del Imperio Romano. Generalmente la imparte dos veces al año: en Navidad y en Pascua. Adicionalmente la imparte tras ser electo como Romano Pontífice. Este año, además, con motivo de la pandemia.
Todos los fieles que reciben la bendición a través de los medios de comunicación, pueden ganar indulgencia plenaria cumpliendo con las condiciones habituales.
Regularmente las bandas del Ejército italiano, de la Guardia Suiza y de la Gendarmería Vaticana interpretan el himno de Italia y la Marcha Pontificia, el himno de la Ciudad del Vaticano. Sin embargo, este año la plaza estará vacía.
Concluido éste, el cardenal protodiácono anuncia que el papa impartirá la bendición, e informa de la indulgencia y de las condiciones para lucrarlas.
Luego el papa hace las invocaciones previas, que se responden con “Amén”, e imparte la bendición haciendo tres veces la señal de la cruz. Lo que el Santo Padre dice es lo siguiente:
“Que los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, en cuyo poder y autoridad confiamos, intercedan por nosotros ante el Señor. R. Amén.
Que por a las oraciones y los méritos de santa María, siempre Virgen, de san Miguel Arcángel, de san Juan el Bautista, de los santos Apóstoles Pedro y Pablo y de todos los Santos, Dios todopoderoso tenga misericordia de vosotros y, perdonados todos vuestros pecados, os conduzca por Jesucristo hasta la vida eterna. R. Amén.
Que el Señor omnipotente y misericordioso os conceda la indulgencia, la absolución y la remisión de todos vuestros pecados, tiempo para una verdadera y provechosa penitencia, el corazón siempre contrito y la enmienda de vida, la gracia y el consuelo del Espíritu Santo y la perseverancia final en las buenas obras. R. Amén.
Y la bendición de Dios omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre vosotros y permanezca para siempre. R. Amén.”