El 19 de junio celebramos el Día del Sagrado Corazón de Jesús, una devoción fortalecida como «símbolo de amor divino» y a la cual se le dedica oraciones especiales, durante todo el mes de junio.
“El mes de junio está dedicado de manera especial al Sagrado Corazón de Cristo, una devoción que une a los grandes maestros espirituales y a la gente sencilla del pueblo de Dios”, recordó el Santo Padre.
En esta línea, el Papa Francisco dijo que “hay una antigua oración –la aprendí de mi abuela– que decía: ‘Jesús, haz que mi corazón se parezca al tuyo’. Es una hermosa oración: ‘Haz mi corazón semejante al tuyo’. Una hermosa oración, pequeña, para rezar este mes. ¿La decimos juntos ahora? ‘Jesús, que mi corazón se parezca al tuyo’. Otra vez: ‘Jesús, que mi corazón se parezca al tuyo’”, advirtió. Ángelus del día 7 de junio.
El Papa Francisco, ha manifestado en varias ocasiones su profundo afecto y veneración por el Sagrado Corazón de Jesús y así lo recordó también, al término de su audiencia general del miércoles 6 de junio, en su saludo en lengua italiana, en el que invitó a todos los fieles y peregrinos a rezarle con especial fervor durante este tiempo.
Y con ocasión de la fiesta del Sagrado Corazón, el Santo Padre escribió en su cuenta oficial de Twitter, que esta solemnidad «nos recuerda que Dios nos amó primero: Él nos espera siempre para acogernos en su Corazón, en su amor».
Orígen de la devoción al Sagrado Corazón
Según explica la tradicón de la Iglesia, la devoción al corazón herido de Jesús tiene sus orígenes en el siglo XI, cuando los cristianos piadosos meditaban sobre «sus cinco llagas».
En aquel tiempo se extendieron entre los fieles las oraciones al Sagrado Corazón, a la llaga del hombro de Jesús y a las devociones privadas. Todas ayudaban a los cristianos a enfocarse en su Pasión y Muerte, de tal manera que lograran «crecer en el amor hacia Él».
Sin embargo, no fue hasta 1670 cuando un sacerdote francés llamado Jean Eudes celebró la primera fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, fruto de su enorme devoción «al corazón más grande entregado por amor a la humanidad», tal y como él mismo escribió en sus diarios; una devoción que con el tiempo lo llevaría a redactar los escritos de su adoración litúrgica.
Jesús mismo pide la celebración de esta fiesta
Casi al mismo tiempo, una religiosa piadosa llamada Margarita María Alacoque confesó tener visiones místicas de Jesús, en las que se le aparecía con frecuencia y en las que podía ver «su corazón vivo y latente».
Al año siguiente, Margarita María informó a sus superiores que durante estas experiencias místicas, Jesús, había manifestado que quería ser honrado bajo la figura de su corazón de carne; «pidiendo a los fieles que lo recibieran con frecuencia en la Eucaristía, especialmente el primer viernes de cada mes, y que practicaran una hora santa devocional».
En 1675, durante la octava al Corpus Christi, Margarita María tuvo una visión que se conoció como la “gran aparición”.
En ella, Jesús le pedía que la fiesta del Sagrado Corazón sea celebrada cada año el viernes siguiente a Corpus Christi, «en reparación por la ingratitud de los hombres hacia su sacrificio redentor en la cruz».
La devoción se hizo popular después de la muerte de esta religiosa en 1690, que posteriormente fue «elevada a los altares».
Aprobación oficial del Papa Pío IX
El 8 de mayo de 1873 la fiesta Sagrado Corazón fue formalmente aprobada por el Papa Pío IX, y 26 años después, el 21 de julio de 1899, el Papa León XIII exhortó a todos los obispos del mundo, a que la celebraran en sus diócesis.
Siglos después el Papa Francisco recuerda en su homilía, de la misa matutina de la capilla de la Casa de Santa Marta en el día del Sagrado Corazón, que se trata de la fiesta del amor de Dios: «un amor que no se puede entender. Un amor de Cristo que supera todo conocimiento. Supera todo. Así de grande es el amor de Dios, como el mar, sin orillas, sin fondo, sin límites», dijo el Pontífice.
Fuente: VaticanNews