Muy buenos días mi familia.
“MEDITANDO LA PALABRA”
(Mc 6,1-6)
“No desprecian a un profeta más que en su tierra”.
En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada:
-« ¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?»
Y esto les resultaba escandaloso. Jesús les decía:
-«No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa.»
No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.
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La misión del profeta: anunciar y denunciar. Anunciar una Buena Noticia. Algo nuevo está brotando.
Denunciar el mal comportamiento de sus compueblanos incluyendo los parientes.
Por eso, el Profeta no es aceptado y hasta rechazado.
Bendiciones.
+ Mons. Francisco Ozoria A.