Con María, Madre de amor invoquemos de su Hijo Jesús el Perdón
La Oración de los Dolores de la Virgen María es una tradición donde contemplamos los grandes momentos de dolor que ella experimentó.
Nos unimos a nuestras comunidades y hermanos que sufren, haciendo siete paradas en las que se reza por algún dolor de los que estén padeciendo. Con estas paradas tratamos de identificarnos con lo que embarga a nuestra sociedad y a tantas mujeres que al igual que ella han sufrido o están sufriendo algún dolor.
Motivación general
Este día lo dedicamos a María, acompañándola en sus dolores. Día de la Dolorosa. A ella, como anuncio Simeón una espada de dolor le atravesó su corazón de mujer y de madre, haciéndola colaboradora de la Redención de la humanidad, hasta llegar a los pies de la cruz, madre de todos los hombres y mujeres.
A través de ella contemplamos el dolor de todas las mujeres que en estos momentos están atravesando, muchas por el maltrato físico, rechazo, discriminación, por los flagelos que invaden nuestra sociedad en estos días.
Que esta celebración de los Dolores de la Virgen, nos ayude a acoger sin distinción, junto con ella a todas las mujeres que sufren y viven tristes. Vamos a hacer nuestros sus sufrimientos y el peso de las situaciones que enfrentan en su día a día que las mantienen deprimidas y adoloridas.
El meditar los Dolores de la Virgen María nos recuerda que la vida está llena de escollos, dificultades, limitaciones, sufrimientos y pérdidas, especialmente en este último año en que hemos vivido la pandemia del Covid-19.
Esta meditación también nos enseña a sacar fuerzas y sacar provecho aún en nuestros dolores, para que no sean un sufrimiento inútil y nos haga ver que la vida vale la pena y vale los riesgos. Este tiempo para nuestro país y el mundo ha sido verdaderamente un tiempo de lágrimas y oscuridades, pero ya vislumbramos una luz en el camino: los hombres y mujeres de ciencia se adelantan a los pasos de la muerte para ponernos a resguardo.
Penetremos con la Dolorosa en estos dolores con un corazón lleno de misericordia como el suyo, descubriendo en ellos su fuerza salvadora y la presencia amorosa del Señor que siempre permanece a su lado.
Primer Dolor
La Profecía de Simeón
- Invocación: Dios te Salve María, estrella de la luz, que sola quedaste al pie de la Cruz.
Todos: A mi Dios llamaste con gran soledad, socorre, Señora, mi necesidad.
- Lectura Lucas 2, 33-35.
- Mensaje:
Simeón anuncia de una forma autentica, inspirado por el Espíritu Santo, el gran dolor que le esperaba a María, “Una espada de dolor atravesará tu corazón”.
El destino doloroso de su pueblo le tocaría a ella llevarlo en su propia vida. Ella estará en el centro de una contradicción donde su corazón debe definirse si esta a favor o en contra de su Hijo.
Pero, ella ante estas palabras no se detiene, ni encuentra en ellas desaliento, como el que embarga en nuestros días a muchas mujeres y jóvenes que no aceptan esto como parte de su misión. María en cambio guardaba todas las cosas que le hacían sufrir en el silencio de su corazón.
Junto con María, nos acercamos a todos los enfermos y enfermas, no tan solo de forma material, sino aquellos que lo necesitan de forma espiritual, para que a través del perdón puedan descubrir el sentido de su dolor.
Nos hacemos solidarios como discípulos al igual que María de su hijo Jesús, a todas las madres que en este momento una espada de dolor está atravesando su corazón, por alguna situación familiar.
- Oración:
Padre nuestro, luego 7 mujeres rezan un ave María cada una, agregando intenciones por cada una.
- Canto: Madre de nuestro pueblo u otro conocido.
(Se canta hasta la otra parada).
Segundo Dolor
La huida a Egipto
- Invocación: Dios te Salve María, estrella de la luz, que sola quedaste al pie de la Cruz.
Todos: A mi Dios llamaste con gran soledad, socorre, Señora, mi necesidad.
- Lectura Mateo 2. 13-15.
- Mensaje:
La Sagrada Familia tiene que huir de su patria: para ella comienza la cruz, especialmente para el Niño. La causa de esta huida a Egipto es la violencia del poder que no puede resistir ningún cambio y se reafirma con violencia.
Para María es triste saber que tiene que abandonar su país y tosas sus cosas. Igual es el dolor que tienen todos y todas, que por razones económicas, sociales y políticas tienen que emigrar a otro país.
¡Cuantas familias que al igual que María tienen que tomar el camino del destierro en el mundo de hoy! Casi siempre la que marcha primero es la madre con el corazón partido en mil pedazos, ya que tiene que dejar a sus hijos.
María, José y el Niño huyendo a Egipto nos recuerdan el éxodo doloroso, a veces cargado de luto, de dominicanos y dominicanas que se lanzan a playas extranjeras buscando bienestar.
- Oración:
Padre Nuestro. Luego 7 mujeres rezan un ave María cada una, agregando intenciones por cada una.
Canto a María: Ven con nosotros a caminar
Tercer Dolor
La pérdida de Jesús en el Templo
- Animador/a: Dios te Salve María, estrella de la luz, que sola quedaste al pie de la Cruz.
Todos: A mi Dios llamaste con gran soledad, socorre, Señora, mi necesidad.
- Lectura Lucas 2, 41-45.
- Mensaje:
Los 12 años era la edad a partir de la cual el adolescente debía observar los principios religiosos y las fiestas del pueblo judío. De regreso a Jerusalén José y María descubren que el Niño no está con ninguno de ellos. ¡Qué angustia tan grande sintió al ver que su hijo no estaba con ellos! Durante tres días le buscaron encontrándole en medio de los maestros que quedaron asombrados por la sabiduría del Niño.
¡Cuantas madres hoy viven la angustiosa situación de perder sus hijos no por las cosas de Dios, sino por las situaciones de conflicto, por la desintegración familiar, vicios, especialmente las drogas, que les quitan la libertad, sus valores y lo lleva a manos del maligno!
Madres que pierden sus hijos que toman el camino equivocado de la prostitución, el libertinaje, la vida sin compromiso, ¡Cuánto dolor para una madre para la familia ver perdidos y perdidas a sus hijos!
Como discípulos de Jesús que formamos comunidades unámonos a todas las personas que sufren por esta situación de perder a uno de los suyos por tomar caminos equivocados.
- Oración:
Padre Nuestro. Luego 7 mujeres rezan un ave María cada una, agregando intenciones por cada una.
- Canto a María.
Cuarto Dolor
María Dolorosa en el camino del calvario
- Animador/a: Dios te Salve María, estrella de la luz, que sola quedaste al pie de la Cruz.
Todos: A mi Dios llamaste con gran soledad, socorre, Señora, mi necesidad.
Lectura: Lucas 23, 26-28.
- Mensaje:
María tuvo la valentía de seguir a su hijo por el camino tortuoso del calvario ¡Que dolor indescriptible el que padece! Ella con su cariño de madre quisiera consolar y sanar tanto el dolor físico como el espiritual. Su corazón esta roto.
Ella también camina con nosotros, sus hijos que Ella recibió en la Cruz. Ella también nos acompaña en nuestra cruz de violencia e inseguridad que quiere destruir nuestro pueblo y quiere arrastrar al mal a nuestros jóvenes y adolescentes.
Unámonos junto con María al dolor que invade a tantas madres que sufren por situaciones peligrosas y delicadas de sus hijos, porque están enfermos, porque sufren alguna injusticia, por sus aprietos económicos o por estar en caminos equivocados o que se encuentran en un callejón sin salida.
- Oración:
Padre Nuestro. Luego 7 mujeres rezan un ave María cada una, agregando intenciones por cada una.
- Canto a María: Pienso en ti cuando llega el dolor.
Quinto Dolor
La crucifixión y la agonía de Jesús
Animador/a: Dios te Salve María, estrella de la luz, que sola quedaste al pie de la Cruz.
Todos: A mi Dios llamaste con gran soledad, socorre, Señora, mi necesidad.
- Lectura Jn. 19, 25-27.
Mensaje:
María valientemente en silencio está de pie cerca de su hijo que agoniza en la cruz entre los malhechores.
Como María, también, nosotros los cristianos de hoy estamos llamados a estar de pie ante la violencia e inseguridad ciudadana causadas por «la creciente desintegración y descomposición del núcleo familiar; la deficiencia en la calidad del sistema educativo dominicano; la ausencia de programas eficaces desde el Estado para el desarrollo socioeconómico y cultural de la juventud; el desempleo y la falta de oportunidades para los jóvenes; y sobre todo, el crecimiento del narcotráfico, el alcoholismo y el auge de los centros de juegos de azar, loterías y otros, creando falsas esperanzas de riquezas fáciles en nuestra población, especialmente, en la de más escasos recursos».
Pero, no estamos solos. Jesús en medio de sus sufrimientos de muerte, no nos olvida. Nos hace el legado final dejando a María como madre de la humanidad nueva. De ahora en adelante, María es nuestra madre y nosotros sus hijos.
- Oración:
Padre Nuestro. Luego 7 mujeres rezan un ave María cada una, agregando intenciones por cada una.
- Canto a María: Dolorosa de pie junto a la Cruz.
(Se canta hasta la otra parada).
Sexto Dolor
La lanzada y el recibir en brazos a Jesús ya muerto
- Animador/a: Dios te Salve María, estrella de la luz, que sola quedaste al pie de la Cruz.
Todos: A mi Dios llamaste con gran soledad, socorre, Señora, mi necesidad.
2. Lectura Mc. 15, 42-46
3. Mensaje:
Al ver la lanzada que dieron en el corazón de tu Hijo; sintió como si la hubieran dado en su propio corazón: El Corazón Divino, símbolo del gran amor que Jesús tuvo ya no solamente a ella como Madre, sino también a nosotros por quienes dio la vida.
Ella que había tenido en sus brazos a su Hijo sonriente y lleno de bondad, ahora se lo devolvían muerto, destrozado, víctima de la maldad de algunos hombres y también víctima de nuestros pecados.
Nos unimos a este dolor que siente María y le acompañamos en su dolor. Y, por los méritos del mismo, le pedimos que nos ayude a amar a Jesús como El nos amó.
Pidamos por las madres que han tenido que recibir en sus brazos los cuerpos de sus hijos muertos a través de los llamados intercambios de disparos, la intolerancia policial en unos casos, los asesinatos de agentes policiales o de seguridad o por la proliferación de los permisos de armas de fuego, o por los empates entre narcotraficantes o por conseguir dinero fácil.
- Oración:
Padre Nuestro. Luego 7 mujeres rezan un ave María cada una, agregando intenciones por cada una.
- Canto a María.
(Se canta hasta la otra parada).
Séptimo Dolor
El entierro de Jesús y la soledad de María.
Animador/a: Dios te Salve María, estrella de la luz, que sola quedaste al pie de la Cruz.
Todos: A mi Dios llamaste con gran soledad, socorre, Señora, mi necesidad.
2. Lectura Jn. 19, 38-42.
3. Mensaje:
El, que era creador, dueño y señor de todo el universo, era enterrado en tierra; llevó su humillación hasta el último momento; el trance de la muerte era real. Le quitaron a Jesús por la muerte más injusta que se haya podido dar en todo el mundo en todos los siglos; siendo la suprema inocencia y la bondad infinita, fue torturado y muerto con la muerte más ignominiosa.
¡Tan caro pagó el rescate por nuestros pecados! Y, María, Madre nuestra adoptiva y corredentora, le acompañó en todos sus sufrimientos: y ahora se queda sola, llena de aflicción. Le acompañamos en este dolor. Y, por los méritos del mismo, le pedimos que nos concedas a cada uno de nosotros la gracia particular de permanecer firmes y de saber perdonar como María.
- Oración final:
Todos forman un círculo. Unen sus manos. Se levanta la imagen de la Virgen que se coloca en el centro.
El animador dice: Conocedores como somos que estos males se generan en el corazón del hombre que, seducido por la fuerza del mal y el egoísmo, atenta contra sí mismo, contra los demás hombres, contra la naturaleza y contra el Creador» ante el sepulcro de Jesús junto con María pidamos por «la conversión, a un cambio de mente y corazón, y a luchar unidos contra los males que nos aquejan y a trabajar sin desmayo para construir una República Dominicana, solidaria y fraterna, donde se viva la justicia, el amor y la paz.
Expresemos finalmente los dolores que nos oprimen. Enviemos desde aquí el perdón a todos los que nos han hecho sufrir, sobre todo en nuestras familias. Expresemos en público nuestro perdón a esas personas y pidamos bendición para ellas.
Se termina rezando el Padre Nuestro y cantando a María.
#PlandePastoral