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Clero de la Arquidiócesis de Santo Domingo renovó hoy sus promesas sacerdotales durante la Misa Crismal

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Clero de la Arquidiócesis de Santo Domingo renovó hoy sus promesas sacerdotales durante la Misa Crismal

Santo Domingo, D.N.- Mons. Francisco Ozoria Acosta, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, Primado de América, presidió la Misa Crismal la mañana de este Jueves Santo, en la Catedral Primada de América. Concelebrada por los Obispos Auxiliares: Mons. Benito Ángeles, Mons. Faustino Burgos Brisman y Mons. José Amable Duran Tineo. Durante la ceremonia, el Clero Arquidiocesano renovó sus promesas sacerdotales.

El Arzobispo cedió la homilía a Mons. Raúl Berzosa, Obispo Emérito de ciudad Rodrigo, España. En la homilía Mons. Berzosa, recordó que “!No es tiempo de perder el tiempo!”. ¡Volvamos al más Bello, Jesucristo, a lo más bello, la vida de santidad, y a los más bellos: al encuentro con los hermanos y hermanas de camino! Estamos en momentos “recios”, como calificaba Santa Teresa de Jesús a los suyos; porque estamos no en una época de cambios, sino en un cambio de época. Además, por segundo año consecutivo, inmersos en la dramática Pandemia del Covid, que esperamos superar más bien antes que después.

Este es el cuádruple potente y esperanzador mensaje en el día de hoy, siguiendo la llamada de nuestro querido Papa Francisco y de nuestro no menos querido Arzobispo Francisco:

 – ¡Que se haga realidad la conversión personal para que no nos roben a Jesucristo ni su Evangelio!

– ¡Que se haga realidad la conversión institucional para que no nos roben la esperanza!

 – ¡Que se haga realidad la conversión pastoral para que no nos roben la alegría de evangelizar!

 – ¡Que se haga realidad la conversión cultural para que no nos roben a los pobres ni a la madre y hermana Tierra!

Concluyó diciendo: además de pedir y agradecer al Espíritu que convierta los aceites en Óleo y Crisma Santo, y el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, que también nos conceda entender y vivir que nuestra ordenación es una novedad de vida y una novedad para toda la vida.

 SOBRE LA MISA CRISMAL

En esta Eucaristía, se da inicio al Triduo Pascual, se consagra el Santo Crisma y se bendicen los santos óleos incluidos el de los Catecúmenos y de los enfermos.

La Misa Crismal, presidida por el obispo y concelebrada con los sacerdotes de la diócesis, es la celebración en la que se consagra el Santo Crisma (de aquí el nombre de misa crismal) y bendice además los restantes óleos o aceites (para los enfermos y los que se van a bautizar).

La palabra crisma proviene de latín chrisma, que significa unción. El crisma es la materia sacramental con la cual son ungidos los nuevos bautizados, son signados los que reciben la confirmación y son ordenados los obispos y sacerdotes, entre otras funciones.

La consagración del crisma y la bendición de los otros dos aceites ha de ser considerada como una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del obispo.

Ordinariamente esta misa se celebra en la catedral de cada diócesis el Jueves Santo; pero, por razones de conveniencia pastoral, como lo es este año por el tema de la pandemia, se puede adelantar a uno de los días de la Semana Santa.

Así pues, el Santo Crisma, es decir, el óleo perfumado que representa al mismo Espíritu Santo, nos es dado junto con sus carismas el día de nuestro bautizo y de nuestra confirmación, en la unción de los enfermos y en la ordenación de los sacerdotes y obispos.

La materia apta para el sacramento debe ser aceite de oliva. El crisma se hace con óleo y aromas o materia olorosa.

Es conveniente recordar que no es lo mismo el Santo Crisma que el óleo de los catecúmenos y de los enfermos (que sólo son bendecidos, como se ha dicho más arriba, y pueden hacerlo otros ministros en algunos casos).

El rito de esta misa, de la misa crismal, incluye la renovación de las promesas sacerdotales. Tras la homilía, el obispo invita a sus sacerdotes a renovar su consagración y dedicación a Cristo y a la Iglesia.

OFICINA DE COMUNICACIÓN Y PRENSA
ARQUIDIÓCESIS DE SANTO DOMINGO

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