Muy buenos días mi familia.
“MEDITANDO LA PALABRA”
(Mt 28,8-15)
“Comunicad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán”.
En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo:
– «Alegraos.»
Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies.
Jesús les dijo:
– «No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.»
Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles:
– «Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y os sacaremos de apuros.»
Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy.
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Todo aconteció en Jerusalén: La Pasión, La Muerte, La Resurrección.
Jesús, el Resucitado manda “vayan a Galilea, allí me verán”.
Galilea es signo de humildad, sencillez y pobreza. Jesús desarrolló todo su ministerio en Galilea. Allí tuvo acogida Él y su mensaje.
No se queden en Jerusalén (la Capital, el poder).
Vayan a Galilea (No Poder, simpleza). Recordemos cómo entró Jesús en la ciudad Santa de Jerusalén.
“Vayan a Galilea, allí me verán”. Si queremos encontrar al Resucitado, vayamos a Galilea.
Bendiciones.
+ Mons. Francisco Ozoria A.