Videomensaje del Papa a los obispos que se reunirán en el Santuario de Luján, con motivo del Rosario y la Santa Misa para invocar la salud del pueblo argentino. Una cita, dice el Papa, en la que recordar «todo lo que la Virgen ha hecho en nuestra patria».
El deseo del Papa Francisco es acompañar a todos los obispos de Argentina a lo largo de dos importantes citas previstas para el 7 y 8 de mayo en el Santuario de la Virgen María en Argentina. La vigilia con el rezo del Rosario y la Santa Misa con el cambio de manto.
En preparación del 400º aniversario
El contexto en el que se inserta el videomensaje del Papa es la preparación del novenario previsto el 2030 para celebrar los 400 años del primer milagro. De hecho, Francisco afirma:
Es un camino muy largo, pero que pasa rápido, pero hay que hacerlo. Un camino de memoria de lo que la Virgen hizo allí, quiso quedarse allí. Un camino de memoria, de tantos años y años de peregrinaciones, de búsquedas, de milagros, de hijas e hijos que caminan a ver a la Madre.
La invitación es a recorrer los caminos de la memoria, guía segura para un futuro cierto:
Que en ese encuentro, la memoria sea la guía de ustedes, porque una memoria fuerte garantiza un futuro seguro. Recuerden todo lo que la Virgen ha hecho en nuestra patria. Déjense acompañar por ella y acompáñenla en su camino.
La experiencia del Papa en Luján
La experiencia de Francisco en el Santuario de Luján se relata en el libro del Padre Alexandre Awi Mello: «Es mi Madre – encuentros con María». El Papa recuerda en particular las confesiones de las personas que pasaron antes de recibir el sacramento de la reconciliación, delante de la estatuilla de la Virgen. Llegaban al confesionario con la confesión de toda una vida, dice Francisco, con el corazón verdaderamente tocado, conmovido hasta las lágrimas. Y por eso, comenta el padre Awi Mello, el Papa Francisco repite a menudo: «Madre, dónanos tu mirada». Hemos venido a verte y nos ves como pueblo, como hermanos: ayúdanos a vernos entre nosotros como hermanos».
La pequeña estatua de Luján
La llegada de la estatua de la Virgen a Argentina se produjo en mayo de 1630 a bordo de un barco procedente de Sao Paulo en Brasil. La acompañaba Manuel, un esclavo africano. Cuenta la tradición que la carreta que llevaba la caja con la Virgen, llegó al río de Luján y ya no pudo continuar. Por esta razón, la estatua permaneció en la ciudad que ahora está en la provincia de Buenos Aires. En poco tiempo, mucha gente empezó a acudir a venerarla. Fue el Papa León XIII quien concedió la coronación en mayo de 1887, fijando la fiesta litúrgica de la Virgen de Luján para el sábado anterior al cuarto domingo después de Pascua. Nuestra Señora de Luján es reconocida como Patrona de Argentina.