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Mons. Benito Ángeles Fernández, nos invita el día de la Ascensión del Señor a encontrar a las personas donde están

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Mons. Benito Ángeles Fernández, nos invita el día de la Ascensión del Señor a encontrar a las personas donde están

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA 55 JORNADA MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES

DIA DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR
Domingo 16 de Mayo 2021

«Ven y lo verás» (Jn 1,46). Comunicar encontrando a las personas donde están y como son

La Ascensión del Señor, fiesta que celebramos en este Domingo  dedicado a la 55 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, nos pone ante un  horizonte de esperanza; “que el Dios del Señor, el Padre de la gloria les dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo, ilumine los ojos de su corazón, para que comprendan cuál es la esperanza a la que les llama”.

La esperanza cristiana lleva consigo una llamada a la misión y al compromiso.

¿Qué hacen ahí mirando al cielo? Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio.

Ellos salieron a proclamar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la palabra con los signos que les acompañaban.

Adentrémonos en nuestra misión en el mundo de hoy, como comunicadores encontrando a las personas donde están y como son.

De esta manera conozcamos en detalle el Mensaje del Santo Padre Papa Francisco para la 55 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.

Queridos hermanos y hermanas: La invitación a “ir y ver” que acompaña los primeros y emocionantes encuentros de Jesús con los discípulos, es también el método de toda comunicación humana auténtica.

Deseo, por lo tanto, dedicar el Mensaje de este año a la llamada a “ir y ver”, como sugerencia para toda expresión comunicativa que quiera ser límpida y honesta: “Ven y lo verás” es el modo con el que se ha comunicado la fe cristiana, a partir de los primeros encuentros en las orillas del río Jordán y del lago de Galilea.

 

Desgastar las suelas de los zapatos

 La crisis del sector editorial puede llevar a una información construida en las redacciones, frente al ordenador, en los terminales de las agencias, en las redes sociales, sin salir nunca a la calle, sin “desgastar las suelas de los zapatos”, sin encontrar a las personas para buscar historias o verificar de visu ciertas situaciones.

Cada instrumento es útil y valioso sólo si nos empuja a ir y a ver la realidad que de otra manera no sabríamos,

 

Esos detalles de crónica en el Evangelio

Felipe comunica a Natanael el encuentro con el Mesías. Su amigo es escéptico: «¿Acaso de Nazaret puede salir algo bueno?». Felipe no trata de convencerlo con razonamientos: «Ven y lo verás», le dice (cf. vv. 45-46). Natanael va y ve, y desde aquel momento su vida cambia.

El “ven y lo verás” es el método más sencillo para conocer una realidad. Es la verificación más honesta de todo anuncio, porque para conocer es necesario encontrar, permitir que aquel que tengo de frente me hable, dejar que su testimonio me alcance.

 

Gracias a la valentía de tantos periodistas

También el periodismo, como relato de la realidad, requiere la capacidad de ir allá donde nadie va: un movimiento y un deseo de ver. Una curiosidad, una apertura, una pasión. Gracias a la valentía y al compromiso de tantos profesionales —periodistas, camarógrafos, montadores, directores que a menudo trabajan corriendo grandes riesgos

Numerosas realidades del planeta, más aún en este tiempo de pandemia, dirigen al mundo de la comunicación la invitación a “ir y ver”. Existe el riesgo de contar la pandemia, y cada crisis, sólo desde los ojos del mundo más rico, las diferencias sociales y económicas a nivel planetario corren el riesgo de marcar el orden de la distribución de las vacunas contra el COVID. Con los pobres siempre como los últimos y el derecho a la salud para todos, afirmado como un principio, vaciado de su valor real

 

Oportunidades e insidias en la web

Es un instrumento formidable, que nos responsabiliza a todos como usuarios y como consumidores. Potencialmente todos podemos convertirnos en testigos de eventos que de otra forma los medios tradicionales pasarían por alto, dar nuestra contribución civil, hacer que emerjan más historias, también positivas. Gracias a la red tenemos la posibilidad de relatar lo que vemos, lo que sucede frente a nuestros ojos, de compartir testimonios.

Todos somos responsables de la comunicación que hacemos, de las informaciones que damos, del control que juntos podemos ejercer sobre las noticias falsas, desenmascarándolas. Todos estamos llamados a ser testigos de la verdad: a ir, ver y compartir.

 

Nada reemplaza el hecho de ver en persona

En la comunicación, nada puede sustituir completamente el hecho de ver en persona. La fuerte atracción que ejercía Jesús en quienes lo encontraban dependía de la verdad de su predicación y la eficacia de lo que decía era inseparable de su mirada, de sus actitudes y también de sus silencios. Los discípulos no escuchaban sólo sus palabras, lo miraban hablar. De hecho, en Él —el Logos encarnado— la Palabra se hizo Rostro, el Dios invisible se dejó ver, oír y tocar, como escribe el propio Juan (cf. 1 Jn 1,1-3). La palabra es eficaz solamente si se “ve”, sólo si te involucra en una experiencia, en un diálogo. Por este motivo el “ven y lo verás” era y es esencial.

La buena nueva del Evangelio se difundió en el mundo gracias a los encuentros de persona a persona, de corazón a corazón. Hombres y mujeres que aceptaron la misma invitación: “Ven y lo verás”, y quedaron impresionados por el “plus” de humanidad que se transparentaba en su mirada, en la palabra y en los gestos de personas que daban testimonio de Jesucristo.

San Pablo de Tarso, fue su fe, su esperanza y su caridad lo que impresionó a los contemporáneos que lo escucharon predicar y tuvieron la fortuna de pasar tiempo con él. Verificaban, lo verdadero y fructuoso que era para la vida el anuncio de salvación del que era portador por la gracia de Dios.

«En nuestras manos hay libros, en nuestros ojos hechos», afirmaba san Agustín. El  Evangelio se repite hoy cada vez que recibimos el testimonio límpido de personas cuya vida ha cambiado por el encuentro con Jesús. Desde hace más de dos mil años es una cadena de encuentros la que comunica la fascinación de la aventura cristiana. El desafío que nos espera es, por lo tanto, el de comunicar encontrando a las personas donde están y como son.

Con los ojos puestos en Jesús, nos llevarán a vivir la fe en la acción del Evangelio, llevada a cabo a través de los medios de Comunicación, siendo testimonio de la vedad y viviendo con autenticidad nuestra misión y compromiso.

Señor, enséñanos a salir de nosotros mismos, y a encaminarnos hacia la búsqueda de la verdad.

 Enséñanos a ir y ver, enséñanos a escuchar, a no cultivar prejuicios, a no sacar conclusiones apresuradas.

Enséñanos a ir allá donde nadie quiere ir, a tomarnos el tiempo para entender, a prestar atención a lo esencial, a no dejarnos distraer por lo superfluo, a distinguir la apariencia engañosa de la verdad.

Danos la gracia de reconocer tus moradas en el mundo y la honestidad de contar lo que hemos visto.

Mons. Dr. Ramón Benito Ángeles Fernández,
Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Santo Domingo,
Rector Universidad Católica Santo Domingo

Nota de Prensa

Fotografías y Streaming

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