Santo Domingo Norte. – Pese al ingreso de la pandemia Covid-19 en el país, en marzo del año pasado, más de 300 personas fueron incorporadas como nuevos miembros de la Iglesia Católica.
Lejos de alejarse de la fe por la incertidumbre y miedo generado en el mundo por el coronavirus, niños, jóvenes y adultos recibieron el Sacramento del Bautismo desde la Parroquia Nuestra Señora de América Latina, perteneciente a la Vicaría Episcopal Territorial Santo Domingo Norte.
La enfermedad que hasta el momento ha cobrado la vida de más de cuatro mil personas, no fue impedimento para dar por gracia el primero de todos los sacramentos, de manos del Reverendo Padre José Alberto Vargas Salazar y el Reverendo Diácono Rogelio Cabrera.
En un año cientos de personas forman parte de la gran familia católica, dejando de ser solo criaturas de Dios, para convertirse en hijos y coherederos del Reino.
Los nuevos cristianos fueron bautizados siguiendo el protocolo establecido por la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) y estrictas medidas de higiene.
Durante las diversas celebraciones del sacramento, Vargas Salazar resaltó que en la Iglesia todos somos hermanos por el bautizo porque cada uno ha sido invitado a participar en el amor de Dios.
«Al ser incorporados a Cristo a través de este sacramento van a formar parte del pueblo de Dios, y coherederos del Reino, hijos de Dios. Lo que representa un cambio de las tinieblas a la luz», explicó con alegría ante la feligresía, bautizados, padres y padrinos.
Cuando a mediados de marzo del año pasado las autoridades ordenaron el cierre de templos para evitar el contagio de Covid-19, el párroco de la referida iglesia buscó la forma de que sus feligreses no se alejaran y se motivaran a participar de manera virtual a través de los medios de comunicación y las redes sociales.
Tras la reapertura de los templos, la Iglesia permitió la celebración de los sacramentos tras la puesta en marcha del Plan de Desescalada establecido por el Gobierno.
El protocolo limitaba al 60% la capacidad total de personas dentro de las iglesias, la obligatoriedad del uso de mascarillas y uso de desinfectantes para las instalaciones.
Sin embargo, la capacitación, entrega y disposición de las diversas pastorales de la parroquia hicieron posible la sensibilización en los trámites para la realización del sacramento, adaptándose a la realidad de la sociedad actual, tal y como lo hace cada vez más la Iglesia.
Desde entonces grandes grupos de personas se unen a la fe, creando un vínculo para siempre con la Iglesia y caminando con pasos firmes hacía una nueva vida pastoral.