La Pastoral Penitenciaria Arquidiocesana de la Arquidiócesis de Santo Domingo dio inicio este miércoles al Año Jubilar del Mundo Penitenciario con una solemne celebración eucarística celebrada en la Penitenciaría Nacional de La Victoria.
La Santa Misa fue presidida por Su Excelencia Reverendísima Monseñor Francisco Ozoria Acosta, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, Primado de América, y concelebrada por el Fray Yenny Wadner Familia, Director Arquidiocesano de la Pastoral Penitenciaria, junto a otros sacerdotes.
Durante la homilía, Mons. Francisco Ozoria Acosta, resaltó la importancia de vivir el Jubileo como una oportunidad de renovar la fe, abrazar la esperanza y caminar hacia la verdadera libertad:
“Jesús, por su muerte y resurrección, nos ha liberado y nos ha renovado en la esperanza. Aunque haya muchas cosas que nos aten, el Señor nos llama a una nueva vida. Primero, a una liberación interior, la más importante, y luego, a una liberación externa. Él es la verdad, la libertad y la vida”.
El Arzobispo exhortó a todos los presentes a vivir con fe y confiar en el poder transformador de Dios, recordando que “para ser libres nos liberó el Señor”, y que incluso en medio de las pruebas, la esperanza en Cristo es el camino hacia la verdadera libertad.
Este evento marca un momento de gran significado espiritual y de reconciliación dentro del calendario pastoral de la Iglesia Católica. El Jubileo Penitenciario es una invitación a la esperanza, la fe y la solidaridad con las personas privadas de libertad, reafirmando el compromiso cristiano con la dignidad humana, el perdón y la reinserción social.
Al acto litúrgico fueron invitadas también diversas autoridades civiles del ámbito penitenciario, como muestra del deseo de integrar los esfuerzos espirituales y humanos en favor de una pastoral más cercana, humana y transformadora.
La elección de la Penitenciaría Nacional de La Victoria como punto de partida del Jubileo subraya el compromiso de la Iglesia con los más vulnerables y excluidos, llevando un mensaje de misericordia, justicia y redención al corazón del sistema penitenciario dominicano.
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