La Conferencia Episcopal de Estados Unidos responde a la decisión de la administración de Trump de revocar las políticas que protegen a las mujeres embarazadas y en posparto que se hallan bajo custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU.
Vatican News
La Conferencia Episcopal de los Estados Unidos -USCCB- emitió una declaración en respuesta a la reciente revocación, por parte de la administración del actual gobierno estadounidense, de la orientación de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza -CBP- que atendía las necesidades de mujeres embarazadas y en posparto, así como de sus recién nacidos, mientras se encontraban bajo custodia de la CBP.
Negar necesidades básicas es “inexcusable”
El obispo Mark Seitz, de El Paso, Texas, presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la USCCB, señaló cuán “profundamente preocupante e inexcusable” es que “medidas destinadas a garantizar la seguridad básica de madres embarazadas y de sus hijos pequeños bajo custodia del gobierno puedan ser rescindidas”.
La política anulada establecía estándares mínimos de atención para estas mujeres y niños bajo la custodia de la CBP: debían recibir comida, agua, fórmula infantil, un lugar seguro para dormir, monitoreo regular y ser “ubicados en el entorno menos restrictivo posible”.
La razón dada para revocar esta política fue que era “obsoleta o no alineada con la orientación actual de la Agencia y con las prioridades de aplicación de la ley migratoria”. Además, también se canceló otra política relacionada con el cuidado de personas bajo custodia con condiciones médicas de riesgo. No se ofreció ninguna nueva directriz para reemplazar las políticas anuladas.
Daños comprobados de la detención migratoria
En su declaración, los obispos reiteraron su mensaje sobre los “daños comprobados que la detención migratoria inflige a las familias, y especialmente a los niños pequeños”. Advirtieron sobre los “casos de negligencia y abuso, incluso si no son intencionales”, que ponen en peligro la vida de madres y niños.
Los obispos estadounidenses subrayaron que la preocupante decisión de revocar las políticas se amplifica en la medida en que “la Administración incrementa la detención de familias en lugar de optar por alternativas más seguras y rentables”.
La declaración enfatizó que “proteger a las madres embarazadas y a sus hijos nunca puede considerarse ‘obsoleto’”. Además, los obispos argumentaron que esta protección “de forma irrefutable se extiende también a los no ciudadanos en detención migratoria”, ya que ellos también poseen una dignidad dada por Dios.
Al concluir su declaración, la USCCB instó a la Administración a restablecer directrices que aumenten la atención y protección de esta “población vulnerable mientras permanezca bajo custodia del gobierno”.