Como un hombre que llevó “una ejemplar vida de fe”, los obispos de México recordaron a Mariano Azuela Güitrón, expresidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), quien falleció el viernes 16 de mayo a los 89 años.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y el Arzobispo Primado de México, Cardenal Carlos Aguiar Retes, expresaron su pésame a la familia y amigos del jurista a través de un comunicado difundido el 21 de mayo. En él, reconocieron que “su entrega en el servicio público, particularmente en el campo de la impartición de justicia”, fue una constante a lo largo de su carrera.
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Los obispos lo describieron como “un ser humano íntegro, humilde, entregado y con una ejemplar vida de fe, de familia y de servicio profesional”.
Además de elevar una oración a Dios por su descanso eterno, exhortaron al Pueblo de Dios a acoger e imitar “testimonios de fe, de caridad en la entrega, que alimentan la esperanza alegre tan necesaria, particularmente, en estos tiempos”, como el que ofreció Mariano Azuela Güitrón a lo largo de su vida.
¿Quién fue Mariano Azuela Güitrón?
Según el comunicado de la CEM, Azuela se desempeñó como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación —el máximo órgano del Poder Judicial mexicano, con facultades de tribunal constitucional— desde 1983 hasta 2009.
Durante ese periodo, asumió la presidencia de la Corte entre el 2 de enero de 2003 y el 15 de diciembre de 2006, en el sexenio del presidente Vicente Fox, consolidándose como una figura clave en la historia judicial del país.
Su vocación docente comenzó en 1958 y se mantuvo a lo largo de décadas. Fue profesor en diversas instituciones católicas, entre ellas, durante más de treinta años en la Universidad Iberoamericana, vinculada a la Compañía de Jesús; el Centro Universitario México (CUM), de los Hermanos Maristas, por más de veinticinco años; y la Universidad Panamericana, vinculada a la Prelatura Personal del Opus Dei.
Entre sus aportaciones más destacadas está la obra Azuela vs. Azuela, que él compiló y que recoge el gran debate sobre la libertad religiosa, especialmente en el contexto mexicano.
De acuerdo con el comunicado, también colaboró en medios de comunicación con “artículos y ensayos en distintas revistas jurídicas y de pensamiento católico”.
Su compromiso trascendió al ámbito jurídico. Participó activamente en diversas instituciones civiles y eclesiales, como la Fundación Aguirre, Azuela, Chávez Jauregui, Pro-Derechos Humanos, A.C.; el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC), donde fue profesor y consejero durante muchos años; y la Unión Social de Empresarios de México (USEM), entre otras.