En Casia la fiesta de Santa Rita con la bendición y el saludo del Papa León XIV


Cientos de personas se reunieron este 22 de mayo en el santuario de esta ciudad italiana para la Misa pontifical en la memoria litúrgica de la santa. El Prior General de la Orden de San Agustín transmitió a los fieles un mensaje del Papa: «Me pidió que les enviara su saludo y sus oraciones». La celebración fue presidida por el cardenal Baldo Reina: «Hoy, preocupados por lo que sucede en todo el mundo, por tantas guerras que no cesan, pedimos el don de la paz y la fraternidad».

Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano

Un saludo y una oración por los fieles y peregrinos que este 22 de mayo, en Casia, Italia, celebraron la memoria litúrgica de Santa Rita. El Papa León XIV los confió al Prior General de la Orden de San Agustín, padre Alejandro Moral, que ha participado en la localidad umbría en la solemne Misa pontifical presidida en la Sala de la Paz por el cardenal Baldo Reina. Al final de la liturgia, fray Moral relató a los presentes las palabras del Pontífice durante su reciente encuentro: «El Santo Padre me pidió que los saludara. Nos vimos el lunes de esta semana y me preguntó si podía ir a Casia. Le dije que sí y les envía sus saludos y sus oraciones».


La solemne Misa pontifical para la memoria litúrgica de Santa Rita

Miles de rosas y oraciones

Cientos de personas estaban presentes en la Misa y miles, apretando en sus manos, las rosas, flores simbólicas de Santa Rita, unidas al milagro de la extraordinaria floración, en pleno invierno, en su ciudad natal, Roccaporena, que recuerdan también, con sus espinas, las dificultades vividas y, con su perfume, sus virtudes. Y fue precisamente a las vicisitudes de Rita a las que se refirió el cardenal Reina en su homilía, recordando las adversidades de su vida, su “matrimonio difícil”, su “marido asesinado”, sus “dos hijos muertos” y luego la “vida religiosa finalmente abrazada, pero con tanto sufrimiento y el sufrimiento que luego la acompañó, con la espina, hasta el final de su vida”. “Habría podido utilizar otro mal y quizá incluso habría tenido la aprobación de los demás, pero prefirió un camino distinto, prefirió un camino del Evangelio, prefirió perdonar”, afirmó el cardenal.


El cardenal Baldo Reina durante la celebración

El don de la paz

Mirando hacia hoy, “un tiempo marcado por un preocupante crescendo de violencia, de violencia generalizada” y por “escenarios bélicos que realmente nos preocupan”, por “una tercera guerra mundial en pedazos”, como dijo el Papa Francisco, el cardenal Vicario de Roma relanzó las primeras palabras de León XIV, quien, apareciendo desde la Logia de las Bendiciones inmediatamente después de su elección, invocó el don de la paz. “Hoy estamos verdaderamente muy preocupados por lo que sucede en todo el mundo, por tantas guerras que realmente no parecen detenerse, disminuir, es más, hay una escalada cada vez más violenta”, añadió el cardenal, subrayando que “el mal no se puede vencer con más mal” y la invitación del Papa a desarmar el lenguaje. Necesitamos desarmar nuestros sentimientos, desarmar nuestros corazones. Necesitamos imaginar otras maneras de construir relaciones que sean humanas antes que cristianas.


Santa Rita de Casia   (ANSA)

Desde Casia se irradie el aroma de la fraternidad

Permanecer en Cristo, en su amor, “como el sarmiento en la vid”, así se puede vencer el mal según el cardenal Reina. “Quien reside en Dios no puede ser deshonesto. Quien reside en Dios no puede despreciar al débil, al huérfano, a la viuda, al forastero, porque en Dios siempre hay bondad”, enfatizó, explicando que “el secreto de Rita era precisamente este: siempre permaneció en Dios”. “Santa Rita era una mujer llena de alegría, incluso en tiempos difíciles”, concluyó el Vicario de Roma, esperando que desde Casia “irradie el aroma de la santidad, la fraternidad y la bondad”.



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