Este 24 de mayo la Iglesia Católica en Polonia celebró la beatificación del sacerdote Stanisław Streich, mártir de la fe que fue asesinado en 1938 por un comunista cuando estaba celebrando la Misa.
Today at 11 a.m., the beatification of the Venerable Servant of God Fr Stanislaus Streich will take place in the Cathedral Square in Poznań. The Eucharist will be presided over by Cardinal Marcello Semeraro, Prefect of the Dicastery for the Causes of Saints.
Photo: @ArchPoznan pic.twitter.com/F4BOLCXD3V
— Church in Poland (@ChurchInPoland) May 24, 2025
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La Misa de beatificación fue celebrada en Poznań (Polonia) y fue presidida por el Cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos.
En su homilía, el purpurado destacó que la beatificación del P. Streich “confirma aún más que Polonia es tierra de santos y beatos”, pues se une a San Juan Pablo II, Santa Faustina Kowalska, a los beatos Esteban Wyszyński y Jerzy Popiełuszko, entre otros.
En su lista de santos polacos, el Cardenal Semeraro hizo una mención especial a San Estanislao, obispo y mártir quien, “según la tradición, fue asesinado al pie del altar mientras celebraba la Misa, tal como le ocurrió, muchos siglos después, a Stanisław Streich”.
El purpurado reflexionó también sobre el pasaje del Evangelio que habla del Buen Pastor, una imagen “utilizada por Jesús” que otorga “un significado decisivo a la figura y al testimonio de nuestro nuevo beato”.
“En su compromiso sacerdotal y pastoral —afirmó—, el P. Streich tomó a Jesús como modelo a imitar. Fue un hombre que amó la vida, la vivió con sencillez y dignidad y sobre todo la gastó con corazón alegre en favor de las comunidades que le fueron confiadas. Esta disposición y resolución de espíritu encontró entonces su pleno cumplimiento en el autosacrificio”.
“En la muerte de este mártir se cumplieron las palabras de Cristo: ‘Si el grano de trigo muere, da mucho fruto’”, expresó el cardenal, y recordó las palabras de San León Magno: “La Iglesia no se debilita con las persecuciones, al contrario, se fortalece con ellas. La Iglesia es el campo del Señor, que se viste de una mies siempre rica, porque los granos, que caen uno a uno, renacen multiplicados”.
Por ello, afirmó el Cardenal Semeraro, “podemos decir que el Beato Estanislao Streich sigue hablando, ya no desde el púlpito de la iglesia donde fue asesinado bárbaramente, sino desde el púlpito de su vida entregada”.
¿Quién fue el sacerdote Stanisław Streich?
El Beato Stanisław Streich nació el 27 agosto de 1902 en Bydgoszcz (Polonia) y fue ordenado sacerdote el 6 de junio de 1925.
El sitio web vaticano Causesanti relata que el P. Streich se empeñó en la catequesis de niños, jóvenes y adultos, y en ayudar a los obreros, a los desempleados y familias necesitadas. Sin embargo, esto no fue bien visto por los comunistas que habían llegado a Luboń, la ciudad donde pastoreaba el sacerdote.
En 1937, el beato comenzó a ser hostigado con cartas anónimas que lo difamaban y lo amenazaban de muerte, e incluso unos desconocidos “irrumpieron en la iglesia profanando el tabernáculo y dispersando las vestimentas litúrgicas”.
“El 22 de febrero de 1938 se presentó para confesarse un hombre que, según una reconstrucción de los hechos, se trató del mismo asesino, Wawrzyniec Nowak, vinculado a la ideología comunista, quien le comunicó algo que impactó al beato”, relata el sitio web.
El Vaticano indica que el sacerdote polaco era consciente de la hostilidad y, previendo el peligro que corría, redactó su propio testamento. También visitó a su madre por última vez y el sábado 26 de febrero regresó a su parroquia.
En la mañana del domingo 27 de febrero, el P. Streich “subió al altar para celebrar la Misa. Mientras se acercaba al ambón, un hombre le disparó cuatro veces con una pistola”. En su intento por huir, el asesino hirió a otras personas, pero fue capturado por la muchedumbre que lo entregó a la Policía. Posteriormente, “Nowak fue procesado y condenado a muerte”.
La biografía publicada por el Dicasterio indica que el beato “probablemente vio al asesino entre los presentes”. “Ante la inminencia del sacrificio, su último pensamiento fue proteger a los niños que se encontraban en la iglesia, a quienes retiró del púlpito”, señala.
También explica que, como en la mayoría de los martirios del siglo XX, el asesinato del beato estuvo señado por un odio a la fe entrelazado “con motivaciones políticas”, pues “durante el juicio penal, el asesino a menudo despotricó contra la Iglesia y sus exponentes”.
“La cercanía del sacerdote a los trabajadores era detestada por Nowak y los comunistas, quienes consideraban a la Iglesia y sus exponentes cómplices de la opresión y la esclavitud de las clases pobres”. Por lo tanto, el asesinato del P. Stanisław era también “una advertencia para otros clérigos”.
El Dicasterio para las Causas de los Santos afirma que la muerte del P. Stanisław “fue la culminación de una vida fiel a su vocación y al Evangelio. Su fama de mártir, presente en el momento de su asesinato, persistió a lo largo de los años del régimen comunista y continúa hasta nuestros días”.