El Papa León XIV reiteró este sábado su llamado a ser una Iglesia misionera que tienda puentes y acoja con los brazos abiertos a todos los que necesitan de su presencia y de su amor.
El Santo Padre hizo esta exhortación durante el encuentro que sostuvo este 24 de mayo con los funcionarios de la Curia Roma y los empleados de la Santa Sede, de la Gobernación y del Vicariato de Roma.
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“Juntos, debemos buscar maneras de ser una Iglesia misionera, una Iglesia que tiende puentes y fomenta el diálogo, una Iglesia siempre abierta a acoger… con los brazos abiertos, a todos aquellos que necesitan nuestra caridad, nuestra presencia, nuestra disposición al diálogo y nuestro amor”, expresó León XIV, recordando el saludo que pronunció el 8 de mayo desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
El Pontífice dijo que esta invitación estaba dirigida a la Iglesia en Roma. “Y ahora las repito, pensando en la misión de esta Iglesia hacia todas las Iglesias y el mundo entero: servir a la comunión, a la unidad, en la caridad y en la verdad”, indicó.
El Santo Padre señaló que Cristo “encomendó esta tarea a Pedro y a sus sucesores” y, por ello, afirmó que cada uno está invitado a colaborar “realizando su trabajo diario con compromiso y también con fe, porque la fe y la oración son como la sal de la comida; dan sabor”.
“Como creo que saben, la experiencia de la misión forma parte de mi vida, no solo como bautizado, como para todos los cristianos, sino porque como religioso agustino fui misionero en Perú, y en medio del pueblo peruano maduró mi vocación pastoral. ¡Nunca podré agradecerle al Señor lo suficiente por este don!”, expresó.
Custodiar la memoria
Durante el encuentro, el Papa León XIV también agradeció a los trabajadores del Vaticano y a los miembros de la Curia por el servicio que prestan.
“Los Papas pasan, la Curia permanece. Esto aplica a cada Iglesia particular, a las Curias episcopales. Y también aplica a la Curia del Obispo de Roma. La Curia es la institución que preserva y transmite la memoria histórica de una Iglesia, del ministerio de sus obispos”, señaló.
El Pontífice indicó que “la memoria es un elemento esencial de un organismo vivo” no solo porque custodia el pasado, sino porque también “nutre el presente y guía el futuro. Sin memoria, el camino se pierde, pierde su sentido de dirección”.
Por ello, dijo que “trabajar en la Curia Romana significa contribuir a mantener viva la memoria de la Sede Apostólica, en el sentido vital que acabo de mencionar, para que el ministerio del Papa se lleve a cabo de la mejor manera. Y, por analogía, esto también puede decirse de los servicios del Estado de la Ciudad del Vaticano”.
En ese sentido, León XIV señaló que la memoria y la dimensión misionera son complementarias.
“En esto insistió mucho el Papa Francisco, quien, en consonancia con el proyecto trazado en la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, reformó la Curia Romana desde la perspectiva de la evangelización con la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium. Y lo hizo siguiendo los pasos de sus predecesores, especialmente San Pablo VI y San Juan Pablo II”.
Finalmente, el Santo Padre los animó a “cooperar en la gran causa de la unidad y el amor”, sobre todo en las situaciones cotidianas que incluyen el entorno laboral, “superando los inevitables malentendidos con paciencia, humildad, poniéndose en el lugar del otro, evitando prejuicios y también con una buena dosis de humor, como nos enseñó el Papa Francisco”.
Invoquemos juntos a la Virgen María para que bendiga a la Curia Romana y a la Ciudad del Vaticano, y también a sus familias, especialmente a los niños, los ancianos, los enfermos y los que sufren”, expresó.