“Hoy puedo decir que por ustedes y con ustedes soy romano”. Con estas emotivas palabras, el Papa León XIV se presentó ante el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, quien le rindió homenaje minutos antes de que se dirigiera a la Basílica de San Juan de Letrán para tomar posesión de su cátedra como obispo de Roma.
El Volkswagen blindado SUV que transportaba al Pontífice salió del Vaticano en torno a las 16:00 (hora local) para dirigirse a la Basílica de San Juan de Letrán, la Catedral de Roma, donde está previsto que a las 17:00 (hora local) sea investido como Obispo de Roma tras celebrar una Misa.
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Antes de llegar a esta basílica —el primer gran edificio de culto cristiano que Roma levantó después de que el emperador Constantino permitiera la libertad religiosa en el año 313—, el vehículo oficial se detuvo en la Plaza dell’Aracoeli, justo a los pies de la escalinata del Campidoglio, donde se encuentra el acceso principal al Palacio Senatorio, sede histórica del Ayuntamiento de Roma y donde el alcalde Gualtieri recibió al Pontífice.
“Poco después de la elección , recordaba a los hermanos y hermanas reunidos en la Plaza de San Pedro que soy con ellos cristiano y para ellos obispo: a título especial, hoy puedo decir que por ustedes y con ustedes soy romano”, señaló León XIV, que arrancó una gran ovación entre los presentes.
El Papa León XIV subrayó ante las autoridades civiles y militares la dimensión espiritual y social de su misión episcopal: “Al comenzar oficialmente el ministerio de pastor de esta diócesis, siento la grave pero apasionante responsabilidad de servir a todos sus miembros, teniendo en primer lugar en el corazón la fe del pueblo de Dios y, por lo tanto, el bien común de la sociedad”.
Así, remarcó su voluntad de colaboración institucional con la administración local: “Somos colaboradores, cada uno en su propio ámbito institucional”.
El Papa León XIV se refirió a la misión histórica que ha desempeñado la Iglesia Católica en la capital italiana y destacó cómo ha vivido durante dos milenios su apostolado en Roma “anunciando el Evangelio de Cristo y entregándose a la caridad”.
“La educación de los jóvenes y la asistencia a quienes sufren, la dedicación a los últimos y el cultivo de las artes son expresiones de ese cuidado por la dignidad humana que debemos sostener en todo tiempo, especialmente hacia los pequeños, los débiles y los pobres”, añadió.
Al hablar del Jubileo de la Esperanza, que inauguró su predecesor el Papa Francisco, expresó su gratitud por el “compromiso de la administración capitalina, por el cual expreso viva gratitud”.
Finalmente, antes de impartir la bendición apostólica ante los presentes, el Papa León XIV expresó su deseo de que Roma, ciudad “inigualable por la riqueza de su patrimonio histórico y artístico, se distinga siempre también por aquellos valores de humanidad y civilización que obtienen del Evangelio su savia vital”.
Caminar juntos por una ciudad más justa e inclusiva
Antes de que el Papa León XIV tomara la palabra, el alcalde agradeció al Pontífice por renovar la tradición del encuentro en la Plaza dell’Aracoeli, sede del gobierno municipal, subrayando que este gesto es una muestra más del “afecto” que el Santo Padre tiene por la capital italiana. Gualtieri lo definió como “una confirmación del vínculo profundo entre Roma y la dimensión universal de la Iglesia”.
El último pontífice en protagonizar este saludo fue Pablo VI quien se reunió con el alcalde de la época, Glauco Della Porta. En 1978 este gesto debía repetirse, pero Juan Pablo I nunca llegó a la reunión oficial en la sede del ayuntamiento de Roma, ya que murió un mes después de su elección.
El alcalde destacó que ese vínculo ha nutrido a la ciudad durante siglos con “cultura, valores éticos y responsabilidad compartida, especialmente en la construcción de la paz, “la más alta vocación de Roma”. En ese sentido, agradeció las primeras palabras del Papa León XIV que clamó por el fin de las guerras en el mundo.
Gualtieri subrayó la importancia del Jubileo de la Esperanza como oportunidad para transformar la ciudad, y dijo que se estaba preparando especialmente para acoger a miles de jóvenes en el próximo Jubileo de los Jóvenes. Roma, dijo, está comprometida a “ser una ciudad más justa, sostenible e inclusiva con atención especial a las periferias y a los más frágiles”.
El alcalde también reconoció “el valor de la colaboración con la Iglesia”, en concreto, con las parroquias, en proyectos para dignificar la vida de todos los ciudadanos, incluidos los inmigrantes y quienes buscan esperanza. En ese marco, expresó el deseo de que Roma y el Papa trabajen juntos por una “nueva política, nuevas relaciones entre los pueblos y un modelo social más humano”.
Finalmente, Gualtieri manifestó: “Estamos felices de que Roma sea ahora su ciudad” y aseguró que la capital será una “aliada leal en su misión pastoral”.