Obispos realizan vigilia de oración en Notre-Dame en medio del debate sobre eutanasia en Francia


La 16ª Vigilia anual por la Vida se celebró en la recién restaurada Catedral de Notre-Dame de París la noche del 21 de mayo, mientras el Parlamento francés continúa debatiendo una legislación que legalizaría el suicidio asistido y la eutanasia.

Organizada por los obispos de la región de Île-de-France, la vigilia se realiza anualmente desde 2009. La edición de 2025, que reunió a aproximadamente 2.000 fieles, se centró en el tema “Constructores del Amor, ¡Vivamos en la Esperanza!”.

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La edición de 2024, también marcada por la conversación nacional sobre cuestiones del final de la vida, llevó el lema “Cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Cor 12,10).

La reunión de este año incluyó una serie de testimonios de personas con diversos antecedentes personales y profesionales, quienes ofrecieron reflexiones sobre las dimensiones éticas y humanas de los cuidados al final de la vida y las responsabilidades que la sociedad tiene hacia los más vulnerables.

La jerarquía de la Iglesia en Francia ha expresado una profunda preocupación por los desarrollos legislativos, describiéndolos como una posible “ruptura antropológica” que amenaza la dignidad inherente de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural.

El proyecto de ley sobre el final de la vida, actualmente en revisión parlamentaria, introduce el concepto de “asistencia para morir”, un término que abarca tanto la eutanasia —donde un tercero administra directamente la sustancia letal— como el suicidio asistido, en el que el paciente realiza el acto final.

Los adultos que sufran una condición grave e incurable que cause sufrimiento físico o psicológico considerado insoportable serían elegibles, sujetos a evaluación médica. Se prevé una votación formal sobre el proyecto de ley para el 27 de mayo.

Mientras tanto, los miembros del Parlamento también aprobaron el 24 de mayo la creación de un nuevo delito por obstaculizar el acceso a la asistencia para morir. Ese delito criminalizaría cualquier intento de impedir el acto en sí o el acceso a información sobre el mismo. Esta disposición se inspiró en el delito existente de obstrucción al acceso al aborto en el país.

Los críticos del proyecto de ley, incluidos líderes católicos y bioeticistas, argumentan que la terminología vaga —especialmente en torno a la evaluación del “sufrimiento insoportable”— representa graves riesgos para el valor que se otorga a la vida. Advierten que la ley podría allanar el camino hacia la normalización de la muerte asistida como respuesta estándar ante la enfermedad o la vulnerabilidad.

“Si se adopta el 27 de mayo, este texto, entre los más permisivos del mundo, amenazaría a los más frágiles y pondría en cuestión el respeto debido a toda vida humana”, advirtió la Conferencia Episcopal Francesa en un comunicado publicado la semana pasada.

El Arzobispo de Tours, Mons. Vincent Jordy, vicepresidente de la conferencia episcopal, describió la propuesta como una “distorsión de la fraternidad” y pidió apoyo a los cuidados paliativos como la alternativa ética y humana.

Durante la vigilia en Notre-Dame, el Obispo Auxiliar de París, Mons. Emmanuel Tois, también instó a los católicos no sólo a rezar, sino también a actuar concretamente: “Hay muchas formas y lugares donde los cristianos pueden comprometerse más”, dijo, animando a los fieles a escribir a sus legisladores y dialogar con quienes les rodean.

En su homilía, el Arzobispo de París, Mons. Laurent Ulrich, denunció la “ilusión” de una “muerte suave y elegida”.

“Es retorciendo el significado de las palabras como se quiere que la gente acepte esta perspectiva”, continuó. “Llamar muerte natural a lo que resulta de un acto voluntario que la provoca”.

“Llamar gesto fraternal al que mata o a la palabra que conduce a ello. Invocar un derecho a morir cuando la muerte es un hecho ineludible… Añadir un delito de obstrucción a este derecho a morir; mientras que durante décadas y aún hoy hemos multiplicado las normas de tráfico para evitar accidentes mortales en la carretera, o para proteger a nuestros hermanos y hermanas de gestos desesperados y suicidas”.

Durante la celebración, se colocaron intenciones de oración ante el altar, y la liturgia incluyó lecturas e himnos que reflejaron el compromiso de la Iglesia con la defensa de la vida. La Plegaria Eucarística por Circunstancias Especiales proporcionó un enfoque espiritual.

La oración dice: “Abre nuestros ojos a toda aflicción, inspíranos la palabra y el gesto justos para apoyar a nuestro prójimo en el dolor o la prueba; concédenos servirle con un corazón sincero según el ejemplo y las palabras del mismo Cristo”.

“Haz de tu Iglesia un lugar de verdad y libertad, de justicia y paz, para que toda la humanidad renazca a la esperanza”.

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.





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