Mediante acciones conjuntas, el obispo Crameri urgió a los ciudadanos de Esmeraldas a transformar “los gritos y llantos de dolor […] en memoriales de esperanza”, a fin de edificar un futuro justo, con miras a una esperanza activa.
Ariana Pernía Paolini – Ciudad del Vaticano
Con una exhortación a construir caminos de esperanza, el Vicariato Apostólico de Esmeraldas, Ecuador, se dirigió a los ciudadanos mediante un comunicado que se hizo público este domingo, 25 de mayo.
El mensaje firmado por el obispo Antonio Crameri, enfatizó el dolor de los ciudadanos, en cuyas “lágrimas […] escucho un clamor grande por la paz y por la justicia social. Se escucha en nuestras calles y nuestras plazas, en nuestros campos, ríos y mares que están teñidas de luto y silenciadas por el miedo”.
Ante tal premisa, el prelado aseguró que todas las personas son parte de la situación que aqueja a la ciudad de Esmeraldas y, por tanto, deben ser parte de la solución, la cual requiere de un esfuerzo a nivel estructural, desde los políticos, militares, hasta los laicos, indígenas e, incluso, extranjeros.
Del mismo modo, Crameri aseveró en el texto que la ciudad es “una tierra fértil que solo ansía florecer en paz”, pero que se encuentra sometida ante el “extractivismo, la contaminación y promesas incumplidas”, condiciones que impactan en el bienestar ciudadano.
Desarmar el lenguaje y desarrollar narrativas de esperanza
A lo largo del comunicado, el Vicariato instó a la población a desarmar el lenguaje y desarrollar narrativas nuevas de esperanza, a fin de que sea posible construir “caminos de paz, justicia y reconciliación”; por tal motivo, emitió un llamado dirigido a cinco esferas que constituyen la ciudadanía de Esmeraldas;
- “A las personas uniformadas: su vocación no es el sufrimiento, sino la protección de la vida…
- A las comunidades empobrecidas, cuyas manos están cansadas de enterrar muertos, su dignidad no está en la violencia, sino en la resistencia pacífica que exige justicia.
- A los líderes políticos y sociales: no se escondan tras discursos vacíos. Escuchen el grito de los descartables y excluidos…
- A los que escogieron el camino de la violencia, este no es el camino que quieren para su hijas e hijos…
- A nuestras comunidades, parroquias y ambientes religiosos, descubrámonos como buenos samaritanos que acogemos, cargamos y acompañemos solidariamente con el mismo amor incondicional de Jesús…”.
Un entorno de “inseguridad y violencia”
Una ciudad que se vio afectada por un sismo en abril, derrames de crudo y que afronta un panorama político complejo, es Esmeraldas; de acuerdo a la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, en su informe más reciente de Acceso Humanitario, la metrópoli ecuatoriana enfrenta, asimismo, “una dinámica cambiante, marcada por la presencia y movilidad constante de grupos armados hacia nuevas áreas del territorio”.
Es por ello, que el organismo de las Naciones Unidas, consideró que en la ciudad se desarrolla una emergencia humanitaria “en un entorno de creciente inseguridad y violencia”, lo cual posiciona a los menores y a las mujeres en situaciones de alta vulnerabilidad; aunado a esto, existen áreas en la ciudad que requieren con mayor urgencia atención humanitaria, al afrontar afectaciones triples, que incluyen la “violencia armada, vulnerabilidad a desastres naturales y el actual desastre ambiental”.