Se celebra en Roma el Congreso internacional de formadores y animadores vocacionales de la familia carismática de los Camilos. El evento se enmarca en el Jubileo de los 450 años de la conversión de San Camilo de Lelis.
Francesco Ricupero – Ciudad del Vaticano
“Conquistados por Cristo, peregrinos de la esperanza tras las huellas de san Camilo” es el título del Congreso internacional de formadores de los institutos religiosos de la Familia Carismática de los Camilos, llegados de 30 países, que se está celebrando en Roma hasta el jueves 29 de mayo. Un simposio que no sólo se desarrolla en el marco del Jubileo del 450 aniversario de la conversión de San Camilo de Lelis, fundador de la orden de los Clérigos Regulares Ministros de los Enfermos, sino que quiere ser un lugar de intercambio, discernimiento y revitalización de la vocación al estilo camiliano.
Creyentes fascinados por Jesús
Entre los numerosos presentes, abrió los trabajos el pasado lunes el cardenal Ángel Fernández Artime, Proprefecto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, quien durante su intervención centró su atención en los “desafíos intergeneracionales, interculturales y multiculturales de la vida consagrada de nuestro tiempo”. El cardenal afirmó estar firmemente convencido de que “la vida consagrada no existe ni existirá sin mujeres y hombres profundamente creyentes, fascinados por Jesucristo y totalmente abandonados a Dios”. Según el cardenal, «la formación de los jóvenes consagrados y consagradas debe ayudarles a tomar conciencia de la complejidad y diversidad de las culturas e identificar los prejuicios y elementos discriminatorios que, casi sin darnos cuenta, pueden alojarse en nuestro corazón».
El Jubileo Camiliano
Este Año Jubilar es una oportunidad para redescubrir el carisma de San Camilo, su amor por los enfermos y su incansable compromiso al servicio de los necesitados. El tema de la Conferencia es muy significativo especialmente en este momento histórico particular.
Peregrinos y portadores de esperanza
«Es sobre todo una invitación a todos los Camilos dispersos por el mundo a dejarse conquistar por Cristo. Este evento se enmarca en el Jubileo Camiliano del 450 aniversario de la conversión de nuestro fundador y coincide con el Jubileo de la Iglesia, porque hoy —explica a los medios vaticanos el padre Pedro Tramontin, Superior General de los Camilos— nos sentimos conquistados como peregrinos de esperanza. Pero ¿por qué una conferencia sobre formadores y animadores hoy? «Porque creemos —añade— que son precisamente las herramientas fundamentales para la formación de quienes desean seguir la vida religiosa camiliana». Y la siguen con un espíritu particular, «con un espíritu que trae esperanza al mundo, porque sin esperanza no llegamos a ninguna parte. Creo firmemente —continúa el Superior General— que los Camilos son portadores de esperanza, especialmente hacia quienes sufren o hacia una Iglesia que sufre. De ahí surgió la intuición de San Camilo, que en definitiva es el ministerio de Jesús al servicio de los enfermos». El nombre dado a la orden (Ministros de los Enfermos), de hecho, fue elegido por el fundador para indicar que sus miembros debían tener como modelo a Cristo, quien dijo: “No vine a ser servido, sino a servir y dar mi vida”.
Ese carisma siempre actual
450 años después de su fundación, por tanto, el carisma camiliano está cada vez más vivo y actual y sor Lucía Walker, Madre Superiora de la congregación, está convencida de ello. «El carisma de San Camilo es siempre actual porque los enfermos, los que sufren, las personas que tienen necesidad de cuidados, de esperanza y de afecto estaban allí hace muchos años y están allí todavía ahora. Se trata pues de un carisma que no envejece, que no tiene edad, es más, siempre será actual y tratamos de llevarlo adelante como nos indicaba San Camilo. Es necesario hoy —subraya sor Lucía— actualizar siempre el carisma de la misericordia, del cuidado y de la ternura con los que sufren”.
Sin fe no somos cristianos
Pero para poner todo esto en práctica es necesaria la fe. «Sin fe, sin conversión, ni siquiera somos cristianos», recordó el padre Gianfranco Lunardon durante su discurso. Somos simplemente filántropos buenos e inspirados que recibirán muchos “me gusta” en Facebook, pero del “bien hecho bien” (bene omnia fecit), es decir, del bien duradero y gratuito, es decir, hecho por amor a Dios, del bien hecho porque “murió en el mundo entero” y porque “el mundo ha muerto para mí” (cf. San Camilo), no quedará ni dejará rastro. Durante este año, las capellanías, hospitales, clínicas y albergues de los Camilos, las Hijas de San Camilo, los Ministros de los Enfermos de San Camilo, las Siervas de la Encarnación y las Misioneras de los Enfermos Cristo Esperanza serán lugares de indulgencia para compartir el espíritu del fundador.