Zuppi: Construyamos una arquitectura de paz, ayuda a Gaza y diálogo en Ucrania

El Cardenal Presidente inauguró los trabajos del Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Italiana: la petición de respeto al derecho humanitario para la Franja, por una paz “justa y segura” entre Moscú y Kiev, el agradecimiento a León XIV por la audiencia del 17 de junio, el recuerdo del Papa Francisco, la esperanza en la plena aplicación de la ley de cuidados paliativos, el no al trabajo precario y el compromiso con la protección de menores y adultos vulnerables.

Giovanni Zavatta – Ciudad del Vaticano

La paz no debe ser la excepción, una simple tregua, sino la regla. Para lograrlo, “necesitamos aprender a pensarnos no sólo cercanos sino juntos”, defender la resolución de los conflictos, “fortalecer las organizaciones internacionales destinadas a tal fin”. La paz no es estática, sino que “pone en marcha, involucra, concierne a todos”. Llegamos allí construyendo relaciones, fomentando el diálogo e iniciando caminos de reconciliación y desarrollo. Se trata de “una arquitectura de paz” que hay que construir, fruto de los principios que están en la base de Europa, que “no se puede reducir a derechos individuales ni a burocracia, porque se funda en la defensa de la persona en su valor indiscutible y en su relación con la comunidad”.

El compromiso de la Iglesia

En la introducción a la sesión extraordinaria del Consejo Permanente, que se celebró este 27 de mayo, en Roma, el cardenal presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Matteo Maria Zuppi, ha puesto en el centro de su reflexión «la urgencia de la paz para el mundo entero», de la que «la humanidad tiene mayor necesidad». El cardenal recordó que, al aparecer en la logia central de la Basílica de San Pedro para su primer saludo, el Papa León XIV recordó el don de la paz ofrecido por Cristo resucitado, una paz que debe ser “desarmada y desarmante”. Zuppi reiteró las palabras del Papa pronunciadas el miércoles pasado en la audiencia general, su sentido llamamiento para permitir la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza y poner fin a las hostilidades, instó al diálogo entre Rusia y Ucrania para una paz “justa y segura”, no olvidó las otras guerras que ensangrientan el planeta, en Asia, África, América Latina, y “la tragedia de las armas que traen muerte y sufrimiento, generando odio y ulteriores injusticias”. La Iglesia está en primera línea en la construcción de esta arquitectura de paz que los “padres fundadores” de Europa iniciaron después de la Segunda Guerra Mundial y que hoy requiere un compromiso renovado. «Queremos contribuir a la creación de un mundo unido y en paz», afirmó el presidente de la CEI, «donde ya no se oiga el ruido de las armas y donde todos puedan considerarse hermanos. La lucha contra la pobreza, la educación que la propia presencia de la Iglesia anima con sus diversas realidades, el compromiso con el desarrollo y la ayuda al mundo, forman parte de nuestro esfuerzo».

De Francisco a León XIV

El cardenal Zuppi abrió su discurso recordando al Papa Bergoglio, el gran vacío, pero también el pesado legado que dejó: «Francisco nos enseñó a escapar de la lógica del consenso y de la costumbre, de la coartada del desánimo y de la complacencia, de la tentación de juzgar sin amar, de confundir el diálogo con la complacencia de la mentalidad común. Nos animó a ser una Iglesia maternal, más cercana a los abandonados, los olvidados, los imperfectos. Francisco «nos recordó que los pobres son los predilectos y no los usuarios, y que servirlos es una exigencia de todos y es amor, muy diferente de una actividad meramente social». Defendió la vida desde su inicio hasta su culminación, en cada etapa y para todos, señalando el valor de la persona no en categorías abstractas, sino como hermanos. La elección del sucesor de Pedro fue una verdadera epifanía de la Iglesia, una clara manifestación de su universalidad. A León XIV, la presidencia de la CEI, en actitud de obediencia filial, expresa fidelidad y voluntad de comunión. Zuppi destaca cómo la unidad es «uno de los temas principales que nos señala el nuevo Papa». Además, «más allá de las lecturas excesivamente políticas de la Iglesia, todo se recompone en unidad, por obra del Espíritu y mediante la disponibilidad de los cristianos a su acción». Y «cuanto más comprometidos estemos con la misión, más sentiremos la necesidad de no ser islas, sino de vivir en comunión, capaces de acoger, unir y transfigurar a los hombres y mujeres».

Vida y dignidad de la persona

Tras explicar que tanto la decisión de posponer a octubre la aprobación de las Propuestas de la Asamblea Sinodal como la de trasladar a noviembre la Asamblea General de Obispos deben leerse con la necesidad de madurar aún más lo vivido y experimentado en cuatro años de caminar juntos, Zuppi concluyó reiterando la atención de la CEI al tema de la vida y la dignidad de la persona (desde la concepción hasta la muerte natural), a la protección de los menores y adultos vulnerables, así como al trabajo “pobre”, cada vez más extendido: citando al Istat, informa que más del 23 por ciento de la población está en riesgo de pobreza o exclusión social.



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