Los obispos católicos del estado de Washington (Estados Unidos) presentaron una demanda el jueves impugnando una nueva ley que exige a los sacerdotes denunciar el abuso infantil conocido durante el sacramento de la confesión, bajo pena de cárcel y multas.
La demanda, presentada por la Arquidiócesis de Seattle y las diócesis de Spokane y Yakima, argumenta que la ley viola el libre ejercicio de la religión protegido por la Primera Enmienda al infringir el sagrado sigilo de la confesión. La demanda también sostiene que la ley viola la cláusula de igual protección de la Decimocuarta Enmienda, así como la Constitución del estado de Washington.
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Firmada por el gobernador Bob Ferguson el 2 de mayo, la ley entra en vigor el 27 de julio y añade al clero a la lista de personas obligadas a denunciar el abuso infantil en Washington, pero les niega explícitamente la exención de “comunicación privilegiada” que se concede a otros profesionales, como enfermeros y terapeutas.
Los sacerdotes que no denuncien abusos conocidos en confesión podrían enfrentar hasta 364 días de cárcel y una multa de 5.000 dólares. Ferguson, quien es católico, defendió la medida a principios de este mes, diciendo que está “muy familiarizado” con la confesión, pero consideró la ley como una “legislación importante” para proteger a los niños.
En la demanda, presentada en un tribunal federal de distrito, los obispos enfatizan el compromiso de la Iglesia Católica con la protección de los niños, al tiempo que defienden la inviolabilidad del sigilo de la confesión.
“En consonancia con los esfuerzos de la Iglesia Católica Romana para erradicar el flagelo social del abuso infantil, la Arquidiócesis Católica Romana de Seattle y las diócesis de Yakima y Spokane han adoptado e implementado políticas en sus respectivas diócesis que van más allá de los requisitos actuales de la ley de Washington sobre la denuncia de abuso y negligencia infantil”, afirma la demanda.
Se señala que estas políticas exigen denunciar sospechas de abuso por parte del personal de la Iglesia, incluido el clero, excepto cuando la información se conoce únicamente en confesión, lo cual está protegido por “más de 2.000 años de doctrina de la Iglesia”.
El Obispo de Spokane, Mons. Thomas Daly, en una declaración a principios de este mes, prometió que el clero no rompería el sigilo de la confesión, incluso si eso significara ir a la cárcel. “Quiero asegurarles que sus pastores, obispos y sacerdotes, están comprometidos a mantener el sigilo de la confesión, incluso hasta el punto de ir a la cárcel”, dijo Daly en su mensaje a los fieles. “El sacramento de la penitencia es sagrado y así permanecerá en la Diócesis de Spokane”.
El Arzobispo de Seattle, Mons. Paul D. Etienne, hizo eco de esta postura, citando el derecho canónico, que prohíbe a los sacerdotes traicionar la confesión de un penitente bajo pena de excomunión. Etienne citó las palabras de San Pedro en Hechos 5,29 —“Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres”— para subrayar la posición de la Iglesia.
La Conferencia Católica del Estado de Washington reafirmó su compromiso con la seguridad infantil al tiempo que defendió la santidad de la confesión, instando a los católicos a confiar en que “sus confesiones siguen siendo sagradas, seguras, confidenciales y protegidas por la ley de la Iglesia”.
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos, bajo el gobierno del presidente Donald Trump, inició una investigación sobre la ley el 6 de mayo, calificándola como una medida “anticatólica”. La fiscal general adjunta de Estados Unidos, Harmeet Dhillon, la describió como un “ataque legislativo contra la Iglesia Católica y su sacramento de la confesión”, argumentando que discrimina al clero al negarles privilegios concedidos a otros profesionales.
El Becket Fund for Religious Liberty, la organización sin fines de lucro First Liberty Institute y el bufete de abogados WilmerHale representan a los obispos de Washington.
Al cierre de la publicación, la oficina de Ferguson no había respondido a la solicitud de comentarios de CNA, agencia en inglés de EWTN News.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.