Polonia celebró este sábado 31 de mayo la beatificación de 15 religiosas de la Congregación de Santa Catalina Virgen y Mártir, asesinadas por odio a la fe durante la invasión soviética de 1945.
El Cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, presidió la Misa en Braniewo, al norte de Polonia.
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Las nuevas beatas, lideradas por la madre superiora Maria Christophora Klomfass, fueron martirizadas entre enero y noviembre de 1945, en lo que entonces era Prusia Oriental. Las religiosas, de origen alemán, fueron víctimas de la brutalidad del Ejército Rojo. Permanecieron junto a los enfermos y huérfanos que atendían, aun en medio del horror de la guerra.

Según señala el sitio web del Dicasterio para las Causas de los Santos “los soviéticos se abalanzaron sobre las Hermanas por su evidente condición de religiosas, y el atroz ultraje a su castidad fue el signo más evidente de ello. Lo confirma también el acoso de los soldados a los símbolos religiosos de las Hermanas: sus velos, rosarios, estampas y, sobre todo, su hábito, casi siempre cortado y desgarrado”.
“Permanecieron fieles a su vocación, aceptando el riesgo para permanecer cerca de los enfermos, los niños y los huérfanos. Permanecieron en su puesto, haciendo todo lo posible por el bien del prójimo”, agrega.
Durante su homilía compartida por Vatican News, el Cardenal Semeraro destacó que estas religiosas son “voces de conciencia que no se pueden silenciar”, y las describió como profetisas de paz, cuyo mensaje sigue teniendo eco en el mundo actual.
“Hoy, con su testimonio, nos recuerdan el valor eterno de Dios y del bien, mientras que aquellos que las asesinaron son recordados sólo por la brutalidad del mal que cometieron”, subrayó.
El purpurado resaltó también la profunda espiritualidad que caracterizó a estas mujeres consagradas, afirmando que su santidad provenía de “la oración, la Eucaristía y la Confesión”. En un llamado a la reconciliación, el Cardenal Semeraro añadió: “Nos invitan a perdonar, a eliminar la tristeza del rencor y el odio, y a vivir en paz y fraternidad”.
La beatificación fue también una ocasión para reflexionar sobre el martirio en la era actual. “El verdadero martirio de hoy es oponerse a esta cultura del odio, un compromiso que tiene consecuencias para todos aquellos que promueven una educación fiel al mensaje de Cristo y a la promoción de una verdadera humanidad”, afirmó.

En sus palabras finales, el Cardenal Semeraro subrayó que las beatas se mantuvieron firmes, cercanas a las personas a las que cuidaban, incluso ante la violencia extrema: “A pesar de las atrocidades, ellas se mantuvieron firmes en su misión, mostrando que el bien siempre triunfa sobre el mal”.
Y concluyó con un llamado a seguir el ejemplo de caridad de las religiosas: “La caridad, el amor desinteresado por Cristo y por los hermanos, es el cumplimiento de la fe”.
El domingo 1 de junio, el Papa León XIV recordó desde el Vaticano a las nuevas beatas y destacó su testimonio heroico.
“A pesar del clima de odio y terror contra la fe católica, siguieron sirviendo a los enfermos y huérfanos”, dijo el Pontífice durante el rezo del Regina Caeli. “A la intercesión de las nuevas beatas mártires encomendamos a las religiosas que en todo el mundo gastan su vida generosamente por el Reino de Dios”.
Las religiosas mártires
1. Maria Christophora (Marta) Klomfass. Asesinada el 21 de enero de 1945. Tenía 41 años.
2. María Liberia (María) Domnick. Asesinada el 22 de enero de 1945, alcanzada por una bala mientras se encontraba en la calle buscando alimentos para el hospital donde trabajaba. Tenía 40 años.
3. Maria Leonis (Käthe Elisabeth) Müller. Capturada el 22 de enero de 1945, fue violada repetidamente por ocho soldados. Fue encarcelada el 27 de enero. El 9 de febrero fue trasladada al campo de Zichenau para ser deportada a Rusia, donde murió el 5 de junio de 1945 por la violencia sufrida. Tenía 31 años.
4. Maria Mauritia (Anna) Margenfeld. Capturada y violada por soldados, fue conducida a marchas forzadas. Fue deportada a Tula, donde se ocupó de los enfermos de tifus. Murió por malos tratos el 7 de abril de 1945. Iba a cumplir 41 años.
5. Maria Tiburtia (Cäcilia) Mischke. Capturada el 21 de enero de 1945, fue violada y maltratada durante toda una noche. El 23 de enero la encarcelaron y, el 3 de febrero la llevaron a marchas forzadas a Praschnitz (Przasnysz). La deportaron a Tula (Rusia). El 7 de agosto de 1945, después de haber atendido a las demás hermanas y a los enfermos, contrajo el tifus y murió en el campo de Osanowa, en Rusia. Tenía 56 años.
6. Maria Sekundina (Barbara) Rautenberg. Fue asesinada el 27 de enero de 1945. Tenía 57 años.
7. Maria Adelgard (Agathe Euphemia) Bönigk. En Rastenburg, donde ayudaba en la iglesia parroquial y en el cuidado de los enfermos, fue asesinada el 27 de enero de 1945. Iba a cumplir 45 años.
8. Maria Aniceta (Clara Anna) Skibowski. El 2 de febrero de 1945 fue asesinada en Heilsberg, donde trabajaba como enfermera. Tenía 62 años.
9. Maria Gebharda (Maria) Schröter. Fue asesinada en la Seilergasse de Heilsberg el 2 de febrero de 1945. Tenía 58 años.
10. María Sabinella (Rosalía) Angrick. Murió en el convento de Heilsberg el 2 de febrero de 1945. Tenía 64 años.
11. Maria Bona (Anna) Pestka. Enferma de tuberculosis, ingresó en el hospital Andreasberg de Wormditt, donde el 14 de febrero de 1945 fue golpeada brutalmente por soldados del Ejército Rojo. Murió el 1 de mayo de 1945 con unos 40 años.
12. Maria Gunhild (Dorothea) Steffen. Con tuberculosis ingresó al sanatorio de Wormditt, fue violada, golpeada y torturada por soldados el 14 de febrero de 1945. Recibió tres disparos que le causaron la muerte el 30 de mayo de 1945. Tenía 26 años.
13. Maira Rolanda (María) Abraham. Contrajo tuberculosis. Fue violada y golpeada por soldados el 14 de febrero de 1945, murió el 2 de julio de 1945. Tenía 31 años.
14. Maria Charitina (Hedwig) Fahl. Intentó proteger a un grupo de novicias, pero fue golpeada con la culata de su fusil. Murió el 5 de junio de 1945. Tenía 58 años.
15. Maria Xaveria (Maria) Rohwedder. Fue golpeada por un soldado que la dejó incapaz de ingerir alimentos. Murió el 25 de noviembre de 1945 con 58 años.