El Arzobispo de Panamá, Mons. José Domingo Ulloa, afirmó que “se hace imprescindible buscar caminos de paz, de diálogo y de escucha”, para poner fin a la violencia de los enfrentamientos y protestas que desde hace más de un mes han sumido a Panamá en una grave crisis.
“Ahora, más que nunca, se hace imprescindible buscar caminos de paz, de diálogo y de escucha. Entre hermanos nos estamos enfrentando, nos estamos persiguiendo, y en esta crisis todos estamos perdiendo. ¡No veamos el diálogo como una debilidad, sino como una muestra de madurez y amor al país!”, exclamó el prelado en la homilía de la Misa que presidió por el Jubileo de las Familias en el Parque Recreativo Omar el domingo 1 de junio.
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Las protestas en Panamá
Las protestas en Panamá, que ya llevan más de un mes, constituyen una de las crisis sociales más graves del país centroamericano en décadas.
Esas surgieron en respuesta a la reforma del sistema de pensiones, que muchos consideran una amenaza a sus pensiones para el futuro. Otro punto es la posible presencia de militares de Estados Unidos, vinculada al Canal de Panamá y que tiene que ver con la soberanía nacional.
Un tercer punto por el que se han dado las protestas ha sido el despido de unos 5.000 trabajadores de la empresa Chiquita Panamá luego de una huelga en sus fincas bananeras, generando pérdidas millonarias. Y un cuarto punto ha sido la corrupción en las instituciones del Estado.

En este marco, diversas instituciones han denunciado excesos de la policía en la represión de las protestas, especialmente contra los indígenas que también se han sumado a las movilizaciones.
Llamado a la reconciliación
Mons. Ulloa también lamentó “la zozobra, el desencuentro que vivimos en estos días por la suficiencia arrogante del que no escucha, que da la espalda a las legítimas aspiraciones del pueblo”, así como “la facilidad con que algunos olvidan que el camino de la paz pasa necesariamente por desarmar el corazón, por convertir las espadas en arados, sin herir la convivencia democrática y la vida de las comunidades”.
“Ya existen demasiadas fragmentaciones y heridas por la violencia de un sistema excluyente para que añadamos nuevas rupturas. Somos familia, no podemos autodestruirnos. Es urgente tender puentes, abrirnos a la escucha activa, y apostar por la paz”, destacó.
“Como Padre y Pastor quiero expresarles a ustedes mis hermanos y mis hermanas en la fe que, el mejor camino para encontrar caminos de paz es la reconciliación. Este es el mejor camino para sanar las relaciones fracturadas y los corazones rotos”.
En ese sentido, el arzobispo hizo “un llamado vehemente para que cese la violencia, que los violentos bajen sus brazos y dejen de agredir a sus hermanos y hermanas, porque eso jamás será el camino para lograr la paz y la justicia social”.
La Iglesia vive en cada padre y madre que reza por sus hijos
En su homilía, enviada a ACI Prensa por la Arquidiócesis de Panamá, el prelado explicó que “desde sus orígenes la familia es el primer lugar donde se siembra la esperanza, donde se aprende a amar, a creer y a confiar. Con una firme convicción proclamamos: ‘cristiano, la Iglesia eres tú’, y añadimos: la Iglesia nace en tu casa”.
“La Iglesia vive en cada padre y madre que reza por sus hijos, en cada esposo que cuida a su esposa, en cada abuela que transmite la fe, en cada hijo que agradece y honra a sus padres. Ser peregrinos de la esperanza es también ser constructores de familia, lo que es más urgente que nunca”.