El Gobierno de Chile presentó un proyecto de ley que busca modificar la actual legislación sobre el aborto, eliminando las tres causales que limitaban su implementación e imponiendo sólo un límite de semanas de gestación para acceder a la práctica. Ante esta realidad, la Iglesia Católica se mantiene firme en la defensa de la vida desde la concepción.
Hasta ahora, y según la ley aprobada en 2017, durante el Gobierno de Michelle Bachelet, el aborto es legal en Chile bajo tres causales: riesgo de vida para la gestante, inviabilidad fetal de carácter letal, y embarazo resultado de violación. Con el nuevo proyecto, el Gobierno de Gabriel Boric pretende que se eliminen las causales y que la práctica sea legal hasta las 14 semanas de embarazo.
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El Arzobispo de Santiago y Primado de Chile, Cardenal Fernando Chomali, aseguró al reinaugurar el templo de la Asunción que la Iglesia “está comprometida con el bien común, y como estamos comprometidos con el bien común, como nos interesa la vida porque formamos parte de la sociedad”, afirmó, hará todo lo posible “para proteger la vida desde el momento de la fecundación hasta la muerte natural”.
Además, en una exposición sobre el tema, el también experto en bioética sentenció: “Este proyecto legitima la violencia como una forma de resolver conflictos”.
“Yo no niego que hay embarazos complejos, es evidente. Pero, ¿cómo se mide el talante de una sociedad? En la medida en que es capaz de hacerse cargo de esa persona”, consideró.
En ese marco, respaldó sus argumentos con documentos de la Fundación Chile Unido, que lleva 26 años acompañando a mujeres con embarazo vulnerable. “La evidencia es muy clara: cuando se acoge y acompaña a la mujer en ese momento, cerca del 70% continúa con su embarazo”.
La Iglesia y la ayuda a las mujeres
“Quiero dejar bien en claro que nuestra clara oposición al aborto también va acompañado de una acción dirigida a ayudar a aquellas mujeres que tienen embarazos complejos. Creo que eso es tremendamente importante”, subrayó, destacando la acción de instituciones como la Universidad Católica y la Fundación San José.
“El Estado tiene la obligación de proteger al más débil, y al establecer una distinción basada en la etapa de desarrollo, se introduce una jerarquía que permite que algunos seres humanos puedan vivir y otros no y es una jerarquía arbitraria”, observó el Cardenal Chomali.
“¿Por qué a las 14 semanas sería lícito tendría el aporte del Estado y a las 14 un día sería un delito? ¿Quién me explica eso?”, cuestionó. “Eso es arbitrariedad”.
“Nosotros vamos a tener la arrogancia, la verdad, de decidir que una persona, un ser humano a cierta etapa de gestación puede vivir o no puede vivir. Eso alguien tiene que explicar por qué”, insistió.
Consultado por los medios sobre el tema, el Arzobispo aclaró: “Estamos en una sociedad democrática y por lo tanto el presidente tiene el derecho de plantear el aborto legal”, como también “todas las instancias de la patria, incluida la Iglesia por supuesto, tenemos el derecho de decir que es una mala política porque elimina la vida humana inocente, porque no se respeta la vida del más débil y evidentemente es un atentado grave contra el primer derecho que tienen los seres humanos que es el derecho a la vida”.
A favor de la vida
“Nosotros siempre vamos a trabajar en favor de la vida bajo todas circunstancias”, sostuvo.
En cuanto a participar en un debate, aclaró que debe ser uno que se fundamente “en la ciencia, que se fundamenta en la filosofía, que se fundamenta en la ética, en la teología y desde ese punto de vista el aborto es la eliminación de un ser humano inocente y nosotros jamás vamos a estar de acuerdo con eso”.
“Yo soy muy consciente que hay dramas que son terribles y los conozco. Dramas horrorosos respecto de mujeres que se sienten solas y que están abandonadas. Eso lo reconozco. Pero el talante de una sociedad se mide en la capacidad de hacerse cargo de los más débiles. Ese es el punto, nada más”, sintetizó.
“Parte del cuidado de la democracia es escuchar estas instancias, y que la gente y que los diputados, los senadores actúen en conciencia y en ciencia. Tan simple como eso”, cerró.
“Un acto aberrante”
Quien también se refirió al tema fue Mons. Juan Ignacio González Errázuriz, Obispo de San Bernardo, en una de sus últimas homilías. “Como saben, por desgracia para nuestra Patria, esta semana el Presidente de la República ha introducido en el Parlamento un proyecto de ley que permite el aborto sin causal alguna hasta las 14 semanas”.
“Es un acto aberrante quitar la vida a un ser humano porque sí. Nunca se la puede quitar. Ya lo discutimos esta semana y tantos años atrás, cuando en otro momento de la historia se introdujo el aborto en tres causales, todas ellas discutibles”, recordó.
“Pero la autoridad ha visto que el país no ha reaccionado según lo que ellos querían, y en los 10 años de vigencia —o los que lleve la ley de aborto— se han realizado 6.000 abortos en todo Chile”, precisó el prelado.
“Uno diría: ‘poco’”, pero “son 6.000 personas que han sido privadas de su posibilidad de estar en esta tierra”, lamentó. “Pero ahora se quiere introducir una ley que directamente permita actuar sin causal alguna. Y se están dictando instrucciones para que en todos los hospitales públicos y privados, haya esa posibilidad y a nadie se le pueda negar”, alertó.
“Porque lo que ha sucedido, como se lo ha explicado en otras ocasiones, es que en muchas partes el 100% de los médicos dedicados a los temas de ginecología y obstetricia dicen: no, yo objeto esta ley porque es un derecho humano de todos nosotros, nunca ser obligados a actuar contra nuestra conciencia. Una autoridad que introduce una ley de aborto libre en un país como Chile, en cualquier país, pierde su legitimidad moral. Hay que decirlo con todas sus palabras”, aseguró.
“Y cada uno tiene que actuar en consecuencia, en la defensa del bien”, alentó.
Julieta Villar
Soy periodista, licenciada en comunicación por la Universidad Nacional de La Matanza en Argentina. Tengo experiencia laboral en organizaciones no gubernamentales. Desde 2016 me dedico al periodismo católico, primero en la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA) y, desde 2022, como corresponsal de ACI Prensa para Argentina, Chile, Uruguay y Bolivia.
