El Papa León XIV llamó a defender “la dignidad intrínseca” de toda vida humana en los saludos a los fieles de habla francesa, durante la audiencia general de este miércoles.
“Nuestro mundo lucha por dar valor a la vida humana, incluso en su hora final: que el Espíritu del Señor ilumine nuestras mentes, para que sepamos defender la dignidad intrínseca de toda persona humana. Que Dios os bendiga a todos”, aseguró el Pontífice al dirigirse a los fieles francófonos, procedentes especialmente de Francia, Chad y Camerún.
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El mensaje del Papa León XIV a los peregrinos de habla francesa llega en un momento en que Francia ha aprobado, en primera instancia, una nueva legislación que permite ofrecer ayuda activa para morir a pacientes con enfermedades graves o incurables en estado avanzado.
El texto legislativo adoptado el martes 27 de mayo por la Asamblea Nacional francesa prevé en efecto autorizar la administración de una sustancia letal a personas con enfermedades incurables que causen sufrimiento físico o psicológico constante. Aunque los términos “eutanasia” o “suicidio asistido” no aparecen en la ley, el contenido del texto se inscribe dentro de esas prácticas. En todo caso, para entrar definitivamente en vigor, la propuesta debe ahora ser examinada por el Senado.
Sin mencionar explícitamente esta legislación, el Papa reafirmó la posición de la Iglesia Católica.
El pasado domingo en la Misa que celebró en la Plaza de San Pedro por el Jubileo de las Familias, los Niños, los Abuelos y los Ancianos, el Papa León XIV con tono serio, constató que, a veces, la humanidad “se ve traicionada”. Y puso como ejemplo las ocasiones en las que “se invoca la libertad no para dar vida, sino para quitarla, no para proteger, sino para herir”.
El Pontífice no especificó a qué casos concretos se refería, pero uno de los argumentos que suelen esgrimirse en temas como la eutanasia o el aborto es la libertad individual entendida como bien supremo, incluso por encima del derecho a la vida.
El Papa Francisco también condenó con frecuencia prácticas como el aborto, la eutanasia o el suicidio asistido, denunciando lo que llamaba “una cultura del descarte”.