En un comunicado de prensa, la institución reafirma su compromiso con la salvaguardia de los vulnerables y la promoción de una cultura eclesial de justicia y compasión.
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
En una audiencia privada celebrada este jueves 5 de junio en el Vaticano, el Papa León XIV recibió por primera vez a los miembros de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores (PCTM), el organismo creado por el Papa Francisco en 2014 para asesorar al Pontífice en la promoción de políticas de salvaguardia en toda la Iglesia.
Según lo expresó la institución en un comunicado de prensa, la reunión fue “un momento significativo de reflexión, acción de gracias y renovación del compromiso inquebrantable de la Iglesia con la salvaguardia de los niños y las personas vulnerables”.
Durante el encuentro, la Comisión informó al Santo Padre sobre el estado y los avances de varias de sus iniciativas clave, incluyendo el Proyecto Memorare, un programa de formación diseñado para apoyar a las Iglesias locales —especialmente en el Sur Global— en su compromiso con la protección de los menores y la atención a las víctimas de abusos.
Este programa se estructura en torno a tres pilares: la creación de infraestructuras de prevención, la capacitación y el acompañamiento en la aplicación de protocolos de seguridad, y la promoción de redes intercontinentales para compartir conocimientos y fomentar una cultura eclesial de protección, transparencia y comunicación efectiva. El proyecto es adaptable a cada realidad local, respetando su autonomía, pero brindando apoyo esencial para que todas las jurisdicciones eclesiales, sin importar sus recursos, puedan cumplir con su deber de proteger a los más vulnerables.
Otro eje central del diálogo fue el Informe Anual 2024, definido por la PCTM como una “piedra angular” de su misión. Este informe, encargado por el Papa Francisco en 2022, tiene como objetivo evaluar la capacidad de respuesta de las iglesias locales en materia de salvaguardia, proporcionando recomendaciones prácticas ajustadas a las realidades específicas de cada región.
La edición de este año se centra especialmente en el concepto de Justicia Conversional, abordado desde la perspectiva de las reparaciones. En este marco, se está desarrollando un nuevo vademécum sobre reparaciones, fruto de un estudio teológico-pastoral y de la recopilación de datos sobre prácticas actuales de reparación en la Iglesia universal. El documento se basa en las experiencias vividas por víctimas y sobrevivientes, y busca orientar a las Iglesias locales a responder con justicia y compasión.
El informe también ha incorporado importantes mejoras metodológicas. Entre ellas, se destaca la ampliación del grupo de discusión con víctimas y sobrevivientes, incluyendo aportes directos de personas de las cuatro regiones representadas por la Comisión.
Asimismo, los datos eclesiales por país han sido complementados con información del proceso de revisión del Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, respondiendo así a la creciente demanda de transparencia basada en fuentes externas. En ese sentido, la Comisión subrayó su colaboración continua con socios de la ONU para mejorar el acceso a datos confiables sobre la prevalencia de abusos, y llamó a otras instituciones —también fuera de la Iglesia— a invertir en mejores sistemas de recopilación de datos que permitan adoptar medidas más fundamentadas.
Durante la audiencia, la entidad reafirmó su compromiso con la unidad y la colegialidad de sus miembros. En una carta firmada tras la Asamblea Plenaria de marzo de 2025, se subrayó “la necesidad de continuidad en nuestro mandato, gobernanza y métodos de trabajo”, al tiempo que se afirmó la independencia del organismo y su papel como asesor de confianza del Santo Padre.
“Expresamos también nuestra gratitud a los Dicasterios de la Curia Romana por su creciente colaboración, e invitamos a seguir trabajando juntos en este ministerio vital”, añade la nota oficial.
La institución espera presentar al Papa, antes de fin de año, el Marco de Directrices Universales finalizado. Mientras tanto, reafirma su misión de “escuchar, caminar con las víctimas y los sobrevivientes, y apoyar a todas las comunidades eclesiales en sus esfuerzos por salvaguardar con compasión a todo el pueblo de Dios”.