El Papa León XIV aceptó este domingo, solemnidad de Pentecostés, la renuncia de Mons. Gregor Maria Hanke, Obispo de Eichstätt, a los 70 años, 5 menos de la edad de jubilación para los obispos. Hanke, benedictino, fue uno de los cuatro prelados que, tras varias advertencias del Vaticano, dejó de participar del polémico Camino Sinodal Alemán.
“El Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la Diócesis de Eichstätt (Alemania), presentada por S.E. Mons. Gregor María Hanke, O.S.B.”, señala la Oficina de Prensa del Vaticano, sin dar mayores detalles al respecto.
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La diócesis de Eichstätt precisó en una nota que la solicitud de renuncia de Hanke ya había sido aceptada por el Papa Francisco “poco antes de Pascua”. En ese momento, el Pontífice ya se encontraba gravemente enfermo pero decidió que Hanke permanecería en el cargo hasta que se determinara una fecha precisa para la renuncia, lo que ha ocurrido hoy.
Las razones de la renuncia del obispo benedictino
En una carta dirigida al personal de su diócesis, Mons. Hanke dijo: “Me habría gustado informarles de los motivos de mi solicitud y la fecha correspondiente con suficiente antelación, como es habitual en otras decisiones importantes de personal. Sin embargo, debido a las directivas romanas, esto no fue posible antes del inicio oficial de mi jubilación”.
Según informa CNA Deustch, agencia en alemán de EWTN News, el obispo también habló de los antecedentes de su renuncia: “Cuanto más se acercaba mi 70º cumpleaños, más intensamente me preguntaba si, tras más de 30 años de servicio en alta responsabilidad, no sería el momento de dejarlo”.
“Durante más de 13 años fui abad de Plankstetten, durante una transformación emocionante e igualmente desafiante del monasterio. Ahora cumplo 19 años como obispo de Eichstätt y, en cuanto a años de servicio, ocupo el tercer lugar entre los obispos diocesanos de la Conferencia Episcopal Alemana”.
“No quiero ocultar que después de tantos desafíos, escándalos y conflictos no resueltos, que no faltaron durante mi etapa como obispo, siento un cansancio interior”, admitió el prelado benedictino.
Tras señalar que la Iglesia Católica en Alemania tiene una buena estructura y organización, Hanke cuestionó: “¿Hasta qué punto nuestro ‘sistema’ de la Iglesia en Alemania resulta espiritualmente fructífero, de modo que promueve un nuevo comienzo mediante el poder del Evangelio vivido y contribuye a la santificación del mundo?”.
Mons. Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana (DBK) e impulsor del Camino Sinodal, agradeció a Hanke “su participación en el Camino Sinodal de la Iglesia en Alemania” pese a “todas las tensiones que ha mencionado recientemente” y le deseó “todo lo mejor, mucha fuerza, la bendición de Dios y mucha salud”, en esta nueva etapa.
El obispo Hanke dijo que espera servir ahora como el “Padre Gregor” en un área pastoral fuera de la diócesis de Eichstätt, para luego volver a su comunidad monástica. Dijo también que espera se haga una ceremonia sencilla el próximo 6 de julio cuando se despida oficialmente de su diócesis. Esto, precisó, para que se haga un “uso prudente de los recursos financieros” debido “a la escasez de fondos”.
¿Qué es el Camino Sinodal Alemán?
El controvertido Camino Sinodal —que ha coincidido con el masivo abandono de fieles de la Iglesia Católica en Alemania— es un proceso que costó varios millones de dólares, que no sólo buscaba establecer un consejo sinodal permanente que supervise sus conclusiones, sino que aprobó resoluciones basadas en la ideología de género, contraria a la doctrina católica.
El Camino Sinodal alemán ha apoyado la ordenación sacerdotal de mujeres, la bendición de parejas del mismo sexo, así como cambios en la enseñanza de la Iglesia sobre la moralidad de los actos sexuales.
En más de una ocasión el Papa Francisco se ha dirigido a los obispos de Alemania para precisar su proceder; mientras que diversos obispos y cardenales han advertido del peligro de cisma.