¿Cómo comunicar con esperanza en la Europa de hoy? A este interrogante quisieron responder un grupo de comunicadores eclesiales y periodistas durante un encuentro organizado por el Consejo de Conferencias Episcopales Europeas (CCEE).
Cada año, la CCEE cita en una ciudad europea diferente a los encargados de prensa de toda Europa. La ciudad anfitriona de este XXV encuentro, celebrado del 3 al 5 de junio, fue Praga (República Checa).
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En el marco del Jubileo de la Esperanza, diversos expertos de 18 países de la Unión Europea se reunieron para reflexionar sobre la comunicación que “devuelve el sentido” a la vida de las personas, es decir, aquella que habla de Dios.
Daniel Arasa, consultor del Dicasterio para la Comunicación y Decano de la Facultad de Comunicación Social Institucional de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma, inauguró el encuentro con una ponencia titulada “El servicio de los comunicadores eclesiales a la Iglesia en el contexto actual ”.
En conversación con ACI Prensa, Arasa abordó uno de los principales problemas a los que se enfrentan los comunicadores institucionales: la falta de confianza en las instituciones. Por ello, remarcó la importancia de una renovación centrada en tres líneas de acción.
Una “reforestación cultural”
En primer lugar, señaló la llamada “reforestación cultural”, una metáfora que subraya la urgencia de “plantar” nuevos valores en la sociedad “que den sentido y unidad a la convivencia”.
Precisó que estos valores han sido erradicados no solamente por la ignorancia religiosa y la descristianización, sino que ha sido un proceso iniciado en los años 60 “con las teorías de género, feminismo radical, exacerbación del individualismo y el relativismo”.
Una serie de fenómenos, explicó Arasa, que “han vaciado de contenido antropológico conceptos como el hombre, la mujer, la familia, el amor o la donación, y que hasta hace poco eran compartidos en todo el mundo y permitían un diálogo y convivencia social. Ahora se ha vaciado de contenido”.
Cuando se quitan estos “árboles”, agregó el experto en comunicación, “la montaña se derrumba”. Por ello, insistió en la responsabilidad que tienen los comunicadores eclesiales de “reforestar culturalmente la sociedad”, un término acuñado por uno de los profesores de la universidad del Opus Dei en Roma.
Dar esperanza a pesar de las malas noticias
En su ponencia también insistió en la necesidad de fomentar la creatividad en la comunicación, así como “generar empatía”.
Por último, citó cuatro cualidades que debe tener un comunicador del ámbito religioso: “deseo de una formación permanente, servicio, unidad al Santo Padre, buen humor y alegría”.
Frente a las guerras o la secularización en Europa, precisó que dar esperanza no es comunicar solamente noticias buenas, sino “poder hablar de las cosas negativas en un contexto de fe, es decir, de esperanza”.
Resaltó además que las personas “desean escuchar historias”, por lo que hay que presentar las instituciones a través de una historia, no la institución en sí misma.
La belleza y alegría que llena la vida de sentido
El italiano Alessandro Gisotti, vicedirector del Departamento Editorial del Dicasterio para la Comunicación y ex portavoz del Vaticano durante el pontificado del Papa Francisco, reflexionó sobre el tema “La comunicación del Papa Francisco al Papa León”, destacando que, para entender al Papa León, “hay que conocer a San Agustín”.
La última sesión abordó el tema “El periodista y la comunicación vaticana”, con las intervenciones Javier Martínez Brocal, vaticanista y corresponsal del diario español ABC y D. Josef Pazderka , redactor jefe de Český rozhlas Plus, la emisora de radio checa.
Brocal puntualizó que aquellas personas que han perdido el sentido de la vida o que están desesperanzados encuentran esa respuesta en la Iglesia, aunque no la estén buscando directamente.
Arasa secundó las palabras de Martínez-Brocal, subrayando que “la Iglesia es una de las pocas, sino la única institución, que puede dar sentido a muchas de esas preguntas”. En este sentido, destacó que las mismas personas que tienden al “orientalismo, mindfulness, etc., durante el cónclave estuvieron muy pendientes de lo que ocurría”.
“La misma belleza de los ritos, las oraciones, la sensación de alegría que se respiraba en la gente, en las plazas… esas son cosas que muestran que hay una dimensión espiritual detrás, es lo que en realidad llena de sentido a la gente”, agregó.
En este contexto, recordó que León XIV pretende “recuperar el Primado de Cristo”, un tema en el que Francisco también insistió mucho. “La gente necesita respuestas y sólo Dios es la respuesta, y no tenemos que tener miedo a presentarlo de manera muy positiva, no impositiva. Se trata de dar un mensaje de alegría”, indicó Arasa.
Testimonio de vida y coherencia
Por último, insistió en la importancia de la coherencia: “No podemos hablar de Cristo y presentar a Cristo, sin dar testimonio con nuestra vida. Todo lo que nosotros decimos tiene que tener ese sentido de evangelizador, algo que el Papa está recordando constantemente”.
Durante el encuentro hubo también diversas actividades culturales, con una Misa en la Capilla de San Wenceslao de la Catedral de Praga, presidida por Mons. Josef Nuzík, Presidente de la Conferencia Episcopal Checa.