Obispos de Estados Unidos al Congreso: La IA debe apoyar la dignidad humana y el bien común

by Redacción
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Mientras los legisladores debaten regulaciones sobre la inteligencia artificial (IA), la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU. (USCCB) los insta a priorizar “la vida y la dignidad de la persona humana y el bien común”.

“La inteligencia artificial está moldeando rápidamente el futuro de nuestra sociedad”, afirmó Mons. William D. Byrne, presidente del Comité de Comunicaciones de la USCCB.

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“Como pastores encargados del cuidado de la vida humana y su dignidad, exhortamos a los legisladores a atender el llamado de nuestro Santo Padre, el Papa León XIV, para asegurar que la IA se desarrolle con responsabilidad y discernimiento, de modo que beneficie verdaderamente a todas las personas”, añadió.

Aunque el Congreso no está debatiendo una legislación integral sobre IA, la ley aprobada por la Cámara de Representantes llamada One Big Beautiful Bill Act podría tener un gran impacto en el futuro de esta tecnología. Una disposición del proyecto prohibiría a los estados regular la IA durante 10 años, lo que esencialmente federalizaría el tema.

Actualmente, el proyecto está en el Senado, donde se esperan modificaciones. Si la versión del Senado es aprobada, volverá a la Cámara para su votación final.

En una carta enviada a los líderes del Congreso, los obispos admiten que no son expertos técnicos, pero aseguran hablar como pastores. Ofrecen principios éticos y consideraciones de política pública para que los legisladores reflexionen.

“Tengan la seguridad de nuestras oraciones y disposición para ayudarlos en esta labor tan importante y oportuna”, escribieron.

Principios éticos

Uno de los principios centrales señalados por los obispos es “la dignidad inherente de cada persona humana”, que debe estar “siempre en el centro del desarrollo tecnológico”.

“La IA es una herramienta que, cuando se guía por principios morales sólidos, puede ayudar a superar muchos obstáculos de la vida y mejorar la condición humana”, escribieron. “Pero esta tecnología debe complementar lo que hacen los seres humanos, no reemplazarlos ni sustituir su juicio moral. También debemos evitar las tentaciones del transhumanismo o de equiparar la IA con la vida humana”.

También expresaron preocupación por las personas en situación de pobreza, señalando que “la IA solo servirá a todos cuando ayude a nuestros hermanos y hermanas más pobres y vulnerables, y cuando ellos puedan participar equitativamente en su desarrollo y uso”.

Otro principio ético destacado fue el “respeto por la verdad”. Advirtieron que la IA está siendo usada para socavar la dignidad humana y la verdad mediante la desinformación, noticias falsas y deepfakes.

“Los sistemas de IA deben tener supervisión humana y rendición de cuentas clara para fomentar la transparencia y procesos democráticos justos”, subrayaron.

Consideraciones en las políticas públicas

En cuanto a políticas públicas, los obispos señalaron que la IA puede beneficiar a la sociedad si se usa éticamente, pero también puede ser perjudicial sin salvaguardias adecuadas.

Sobre la familia, indicaron que la IA “puede mejorar la eficiencia de tareas diarias y facilitar la comunicación”, pero que también puede generar aislamiento. Por ello, debería “fortalecer y apoyar la vida familiar” y no promover usos moralmente ofensivos de tecnologías reproductivas o manipulaciones genéticas.

En el ámbito económico, reiteraron preocupaciones comunes sobre “la pérdida de empleos, desigualdad y explotación”. Recomendaron políticas que protejan a los trabajadores, fomenten la educación y capacitación, exijan rendición de cuentas pública en el uso gubernamental de la IA y garanticen supervisión humana en decisiones laborales automatizadas.

También hicieron un llamado a proteger los datos y los derechos de propiedad intelectual para fomentar el espíritu artístico y creativo.

Aunque valoraron el potencial positivo de la IA en áreas como alimentación, salud, educación y comunicación, alertaron que un uso no regulado puede “polarizar aún más la sociedad y agravar las desigualdades”. En particular, mencionaron el uso problemático de IA en la selección de empleo, atención médica, beneficios públicos e inmigración.

“[La IA] puede reforzar prejuicios existentes o introducir un enfoque utilitarista sin consideraciones humanas necesarias, con consecuencias potencialmente devastadoras”, advirtieron.

Sobre el medio ambiente, reconocieron que la IA puede ayudar a encontrar soluciones a las crisis energéticas y ambientales, pero también alertaron sobre el consumo excesivo de energía, recursos y la generación de residuos electrónicos peligrosos como mercurio y plomo.

Finalmente, expresaron gran preocupación por el desarrollo de armas autónomas letales, insistiendo en que toda política debe garantizar el control humano de cualquier sistema de armamento, para mitigar los horrores de la guerra y proteger los derechos humanos fundamentales.

Los obispos concluyeron que estos principios y orientaciones no son exhaustivos, sino una “modesta reflexión inicial” para que el Congreso los tenga en cuenta al elaborar políticas y regulaciones federales sobre inteligencia artificial.

Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.





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