Pedro y Begoña, misioneros con sus 12 hijos en Ucrania: La muerte no existe porque ya está vencida

by Redacción
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La familia española formada por Pedro Sánchez Sáez y María Begoña Ballester Zapata, un matrimonio con 30 años de casados y 12 hijos, ya no sabe lo que es vivir sin el estruendo de las bombas, sin el trasiego de carros de combate o sin el miedo de que un misil pueda alcanzar su casa. 

Por más sorprendente que parezca, se mudaron a Ucrania hace 15 años y, a pesar de la invasión que el ejército ruso perpetró en 2022, decidieron quedarse allí como misioneros.

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“Cuando empezaron los bombardeos, les preguntamos a nuestros hijos si querían irse de Ucrania, tenían que ser libres. Todos dijeron que se quedaban, que ellos también formaban parte de esta misión”, explica Pedro. La misión de la que habla es su firme decisión de dejar la cómoda vida que conducían en España para irse “al lugar que Dios les mandase”. 

Pertenecen al Camino Neocatecumenal y sintieron el llamado misionero durante el Encuentro de las Familias con el Papa Benedicto XVI en Valencia (España) en 2006. Cuatro años más tarde, en 2010, fueron enviados por la Iglesia a Donetsk, en la región del Donbás.

Con el Papa Benedicto XVI. Crédido: cedida por la familia
Con el Papa Benedicto XVI. Crédido: cedida por la familia

Tras dos años en esa ciudad, la familia se trasladó a Kiev, donde cada día tratan de hacer palpable la presencia de Dios.

“El Señor nos protege también en lo económico, muchísima gente se ha volcado para ayudarnos”, afirma en declaraciones a EWTN News.

La familia durante la entrevista. Crédito: EWTN News
La familia durante la entrevista. Crédito: EWTN News

La familia es un testimonio sólido de cómo, en medio del sufrimiento, “experimentamos su paz, y vemos cada día que Dios es fiel”.

Y eso que la guerra les ha mostrado toda su crueldad. En estos años de guerra han perdido a varias personas conocidas. Sin embargo, a pesar de todo, sienten que “el Señor está presente en los momentos más duros” y que “la muerte no existe porque ya está vencida”.

“Nuestra ayuda es mostrar que la fe es necesaria para una situación como ésta de gran dificultad, de sufrimiento, como es el caso de los ucranianos, que están sufriendo mucho”, explica Pedro.

“Hay muchas personas que necesitan una Palabra de Dios, de amor, de esperanza”, agrega.

Para esta familia detrás de la injusticia que trae consigo un conflicto armado “está el amor al dinero y el apego al orgullo”. 

“Nadie está dispuesto a dar un paso atrás. Nadie está dispuesto a admitir que ha cometido un error. Esta es una esclavitud del demonio que no te deja cambiar, que no te deja mirar hacia otra parte”, desliza sin entrar a valorar quién tiene más culpa en la contienda. Lo que tiene claro es que “sin Dios no hay verdadera reconciliación”.

La familia se mudó en 2010 a Ucrania. Crédito:
La familia se mudó en 2010 a Ucrania. Crédito:

A pesar de la incertidumbre y el dolor que rodean su vida cotidiana en Ucrania, la familia testifica que “en medio del sufrimiento, experimentamos su paz, y vemos cada día que Dios es fiel”. De sus doce hijos, siete siguen viviendo con ellos en Kiev. Los tres mayores se han casado y los dos siguientes han entrado recientemente al seminario.

Este fin de semana participaron junto a otros 70.000 peregrinos, en el Jubileo de los Movimientos, las Asociaciones y las Nuevas Comunidades, una de las citas más significativas del Año Santo de la Esperanza 2025. Su testimonio fue escuchado por el Papa León XIV en la Vigilia de Pentecostés que llenó de alegría la plaza de San Pedro.

Allí, explicaron que ser numerosa familia no fue un deseo preconcebido, sino una respuesta confiada al plan que el cielo tenía para ellos: “No deseábamos tener muchos hijos, pero Dios nos ha regalado esta riqueza para mantenernos unidos”. 

También compartieron con honestidad que la vida conyugal no ha estado exenta de dificultades. “Hemos pasado por rebeliones en la juventud, por crisis matrimoniales… incluso pensamos en separarnos”, confesaron. Sin embargo, afirmaron que “el Señor, por medio de los sacramentos y de la comunidad” siempre les ha sostenido en todos los ámbitos.





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