La ayuda de ACNUR, en peligro por el cierre de sus centros


Con la caída del régimen de Bashar al Assad, más de quinientos mil sirios han regresado al país en un momento en el que más de cien sucursales de la agencia de la ONU de ayuda a los refugiados van a cerrar debido a los recortes de la administración estadounidense. “Ha costado años construir una extensa red de apoyo – afirma Gonzalo Vargas Llosa, representante de la organización en Siria – y ahora casi la mitad de nuestras oficinas van a cerrar”

Greta Giglio – Ciudad del Vaticano

La ya trágica situación humanitaria en Siria sufrirá un duro golpe con el cierre previsto en junio de los centros del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados debido a los recortes impuestos por Estados Unidos, que solía aportar el 40% de la financiación de la agencia.

 

Aunque el gobierno instalado en Siria por Ahmad al-Sharaa ha establecido un nuevo equilibrio y ha dado esperanzas al pueblo sirio, ACNUR manifiesta su preocupación por la situación económica de los seiscientos mil desplazados que han regresado a un país destruido por catorce años de guerra.

Para apoyar a los sirios, la agencia de la ONU ofrece tanto programas de reconstrucción de viviendas como subsidios en metálico para cubrir las necesidades esenciales.

La necesidad de reconstruir

Al regresar a sus hogares después de años, los sirios los encontraron en un estado de total abandono, parcial o totalmente derrumbados. Incluso las instalaciones que deberían satisfacer las necesidades básicas, como los sistemas de saneamiento y alcantarillado, han quedado destruidos. En las ciudades, muchas zonas han quedado arrasadas por los bombardeos masivos, mientras que otras son inseguras por la presencia de minas sin explotar que, según algunas estimaciones, harán de Siria un lugar inseguro durante décadas.

Gonzalo Vargas Llosa, representante de ACNUR en Siria explica:

“Es una situación devastada y ahora mismo lo que más necesitamos son nuestros centros que ofrecen refugio y proporcionan financiación a los sirios. En cambio, nos vemos obligados a cerrar muchos de ellos e incluso en los que quedan, donde ayudamos a más de seiscientas mil personas, tendremos que reducir la ayuda”


Siria, la destrucción de las casas   (AFP or licensors)

Los recortes a ACNUR

“Con estos recortes – añade Llosa – tendremos posibilidades muy limitadas de apoyar a los que regresan. Esto significa que tendremos que ser muy selectivos, a diferencia de lo que queríamos, que es operar lo más ampliamente posible”.

De hecho, las medidas estadounidenses supondrán el cierre inminente del 42% de los centros activos en todo el país, una reducción del 30% del personal y del 20% del programa de ayuda financiera a las pequeñas empresas.

 

También están en peligro los proyectos educativos del centro de Damasco, que el año pasado fueron un punto de referencia para casi un millar de niños sirios.

Posible recuperación económica

Aunque esta situación pesa mucho sobre la mayoría de los sirios, parecen abrirse para Siria atisbos de esperanza de una recuperación económica. El 13 de mayo, Estados Unidos levantó las sanciones financieras, seguido de la Unión Europea. Siria estaba sometida a sanciones internacionales desde 1979, que se endurecieron con la llegada al poder de Bashar al-Assad.

Su retirada podría permitir el desarrollo del sistema bancario sirio, abriendo el camino a posibles inversiones en el país, que podría así emprender la recuperación económica.



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