Con ocasión de la 75ª Jornada Nacional de Acción de Gracias, que tendrá lugar el próximo 25 de noviembre, la Conferencia Episcopal Italiana invita a dirigir la mirada a tantos hermanos y hermanas, especialmente inmigrantes, explotados en el trabajo del campo, que no siempre ven reconocido su justo salario en el triste fenómeno del «caporalato»
Vatican News
Es la exhortación en defensa de la Creación contenida en el mensaje para la 75ª Jornada Nacional de Acción de Gracias, que se celebrará el próximo 25 de noviembre, difundido por la Conferencia Episcopal Italiana.
«Haciéndose eco de la antigua palabra de los profetas, el Jubileo recuerda que los bienes de la Tierra no están destinados a unos pocos privilegiados, sino a todos. Es necesario que quienes poseen riquezas se vuelvan generosos, reconociendo el rostro de los hermanos y hermanas necesitados», escribe la Comisión Episcopal para los Problemas Sociales y el Trabajo, la Justicia y la Paz, recordando la bula del Jubileo Spes non confundit».
Responsabilidad que desafía
«Del Jubileo – prosigue – surgen algunas exigencias que interpelan nuestra responsabilidad, para dar signos de esperanza a nuestro tiempo. Un tiempo de fiesta y de justa discontinuidad del trabajo, que lo humaniza y le da sentido, da esperanza a todos. Descansar nos hace humanos, delimitar la práctica del trabajo – en la que también correspondemos a la voluntad de Dios – abre espacios para vivir la relación con el mismo Señor y con los hermanos, para disfrutar de estos bienes y dar gracias a Dios».
«Recuperar el sentido del día del Señor, en el que nos reunimos para celebrar la Eucaristía, y del descanso de todo tipo de trabajo, incluido el agrícola, permite a los cristianos vivir y haber vivido en sus explotaciones un tiempo en el que pueden mirar constantemente con gratitud los bienes de la tierra y cultivar mejor las relaciones familiares y con las propias comunidades».
Respeto y justicia
La Escritura invita a extender esta lógica del sábado también a la tierra, cada siete años, de ahí que los obispos expliquen que lo que da esperanza es precisamente «la restitución de dignidad que brota del año sabático, porque nos hace volver la mirada a tantos hermanos y hermanas, especialmente inmigrantes, que son explotados en el trabajo del campo, que no siempre ven reconocido su justo salario en el triste fenómeno del caporalato, de las formas de bienestar, de los tiempos de descanso».
El cuidado del medio ambiente
«El cuidado de la casa común – prosigue la Conferencia Episcopal Italiana – y la lucha contra el cambio climático, a la que se refiere la exhortación apostólica Laudate Deum, son compromisos que deben ver en primera línea el mundo de la agricultura y del sistema agroalimentario, desde el campo hasta el consumidor».
Esta nueva visión de la agricultura debe basarse en prácticas agroecológicas que valoricen la tierra sin sobreexplotarla, regenerando la fertilidad y salvaguardando el medio ambiente y la salubridad de los productos alimentarios.
«Del Jubileo procede una sabiduría que estamos llamados a interpretar para que ilumine las buenas prácticas agrícolas de nuestro tiempo, que deben ser conocidas y compartidas. Gracias a ella podemos habitar la tierra dando esperanza también a las generaciones futuras, sabiendo que el Señor bendice a quienes cuidan de sus criaturas».