Bernardo García, director ejecutivo de la Declaración de Casablanca que pide la abolición universal de los vientres de alquiler o maternidad subrogada, afirmó que esta práctica en realidad “es explotación de mujeres pobres y venta de niños”.
Así lo indicó García en declaraciones a EWTN Noticias, en el marco de la tercera cumbre de la declaración, que se realizó la semana pasada en Lima (Perú), con la asistencia de especialistas en bioética, derecho y comunicación.
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El experto resaltó que la Declaración de Casablanca “es una ONG que informa sobre los riesgos y los peligros de la maternidad subrogada en el mundo y promueve activamente un tratado internacional a nivel de Naciones Unidas para abolir esta práctica”.
”Pensamos que las autoridades, también la opinión pública tiene que saber la realidad de este mercado, porque muchas veces lo proponen como una técnica alternativa de fertilidad, como una técnica alternativa de adopción, pero esto realmente es explotación de mujeres pobres y venta de niños”, subrayó.
García destaca la importancia de prohibir los vientres de alquiler, una práctica que en los últimos años ha hecho de varios países de Latinoamérica su centro de operaciones.
De acuerdo al experto, la Declaración de Casablanca agrupa a especialistas de más de 80 países y surge como respuesta al crecimiento global de la maternidad subrogada, una industria que en 2024 movió 22.400 millones de dólares, según el Global Market Insights.
Vulneración de derechos de las mujeres y los bebés
Lorena Bolson, decana del Instituto de Ciencias para la Familia en la Universidad Austral (Argentina) explica que el vientre de alquiler “implica una vulneración de derechos de todo tipo, tanto en la mujer que gesta como sobre todo en el niño que resulta ser el más olvidado… los padres comitentes eligen todo lo que desean respecto de él, completamente a la mujer que lo gestó durante nueve meses”.
Los padres comitentes son quienes solicitan el bebé. María Carrillo, docente de la Universidad Panamericana en México comenta al respecto que “hay parejas homosexuales que recurren a esta práctica porque naturalmente no pueden tener hijos. También hay parejas heterosexuales con problemas de infertilidad e incluso ahora personas solteras… Mientras puedan pagarla, pueden acceder a ella”.
El caso de México
En México, los estados de Tabasco y Sinaloa permiten la maternidad subrogada. Carrillo señala que en otros estados también ocurre, aunque fuera de la ley. La mayoría de quienes buscan mujeres mexicanas para este fin son extranjeros, principalmente de Estados Unidos, España y Asia.
México “es un país que tiene unos índices de pobreza muy altos y hay mujeres que realmente están en situación desesperada, en situación de vulnerabilidad, que buscan esta práctica para que sea un medio para poder mantener a sus familias”, resalta Carrillo.
Una breve mirada a Argentina y Uruguay
Las mujeres que acceden a ser vientres de alquiler suelen firmar contratos impuestos por empresas intermediarias. Verónica Toller, Directora Nacional de Lucha Contra la Trata y Explotación de Personas en Argentina, los sigue de cerca.
“Estamos hablando de trata de personas con contratos absolutamente de sometimiento. La justicia argentina está acusando reducción a la servidumbre de las mujeres sometidas por estos contratos donde había violencia económica, violencia de salud, abandono de la persona en caso de pérdida del bebé por ejemplo no se hacían cargo del tratamiento posterior de la mujer”.
A veces, prosigue, se da que “a pedido de los comitentes (se llega) selectivamente descartar y abortar bebés”.
En Uruguay, la maternidad subrogada es legal bajo ciertas condiciones, como explica Sofía Maruri, abogada y consultora en derechos humanos “se permite para que lo puedan hacer mujeres que muestren que no pueden quedar embarazadas por temas de fertilidad y pueden pedirle a una familiar que puede ser su madre o su hermana para que tengan un hijo en lugar de ellas y siempre y cuando la condición sea que no haya dinero de por medio”.
Este caso es conocido como maternidad subrogada “altruista”, en la que los padres comitentes deben cubrir los gastos médicos y de alimentación de la gestante.
El drama de los vientres de alquiler en Ucrania
Uno de los países donde el vientre de alquiler es legal es Ucrania. Cuando estalló la guerra con Rusia en 2022, las fronteras se cerraron.
Las madres gestantes no pudieron entregar a los bebés a las parejas que pagaron por ellos. Muchos recién nacidos quedaron abandonados.
Según datos de Casablanca, el costo de la maternidad subrogada en Ucrania oscila entre 60 mil y 80 mil dólares, mientras que en Estados Unidos puede llegar a 150 mil dólares. Por eso, muchos padres comitentes buscan mujeres ucranianas, incluso en medio del conflicto.
En países pobres, las mujeres que gestan suelen recibir entre 10 mil y 20 mil dólares. Deben tener entre 25 y 35 años y haber tenido al menos un hijo previamente.
Ante el dolor de las parejas que desean tener hijos y no pueden, los especialistas de Casablanca las animan a optar por la adopción.
En 2024, durante la Segunda Conferencia de Casablanca en Roma, los organizadores se reunieron con el Papa Francisco, quien expresó su preocupación y los animó a continuar la defensa de los derechos humanos.