El Papa León XIV recibió hoy en audiencia en el Vaticano a los obispos de Madagascar, a quienes animó a seguir el ejemplo de misioneros como el santo mártir Jacques Berthieu, “cuya sangre fue semilla de cristianos en Madagascar”.
Al inicio de su discurso, el Santo Padre indicó que admira “el bello signo de unidad” de que los prelados hayan viajado juntos Roma para esta audiencia, programada “con el amado Papa Francisco”.
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Además, recordó que se han convertido en “peregrinos de la esperanza” al haber participado en el Jubileo y haber atravesado la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro.
“Al mismo tiempo os habéis hecho peregrinos de esperanza para vuestro pueblo, para las familias, para los ancianos, los niños, los jóvenes; para que las Iglesias que están en Madagascar, a través de vosotros, reciban la gracia de caminar en la esperanza que es Jesucristo”, agregó.
León XIV expresó su alegría por la fidelidad con la que los obispos de Madagascar afrontan las “pruebas pastorales”, al tiempo que afirmó que su cercanía al pueblo de Dios “es un signo viviente del Evangelio”.
En este sentido, les animó en particular a cuidar a los sacerdotes, “que son vuestros primeros colaboradores y vuestros hermanos más cercanos, así como de los religiosos y las religiosas que se entregan al servicio”.
“Doy gracias por la vitalidad misionera de vuestras Iglesias particulares, herederas del testimonio de los santos que, para llevar el Evangelio a esta tierra lejana, no temieron ni el rechazo ni la persecución”, indicó a continuación.
Recordó especialmente a Henri de Solages, el primer misionero “que no se dejó desanimar por el fracaso y la prisión”, y también al santo mártir Jacques Berthieu, “cuya sangre fue semilla de cristianos en Madagascar”.
“¡Que su ejemplo siga fortaleciéndoos en la entrega de vosotros mismos a Cristo y a su Iglesia, entre los éxitos y las pruebas pastorales que atravesáis para llegar al pueblo de Dios en las diversas realidades de vuestras diócesis!”, exclamó.
El Papa les exhortó también a “no apartar la mirada de los pobres: ellos están en el centro del Evangelio y son los destinatarios privilegiados del anuncio de la Buena Nueva”.
“Sabed reconocer en ellos el rostro de Cristo y que vuestra acción pastoral esté siempre animada por una concreta solicitud hacia los más pequeños. Que vuestro ministerio en este Jubileo, más allá de las pruebas, les ayude a encender los horizontes siempre nuevos de la esperanza ofrecida por Cristo”, subrayó.
Siguiendo al Papa Francisco, el Pontífice les invitó también “a cuidar nuestra casa común”, ya que “el cuidado de nuestra casa es parte integrante de vuestra misión profética. Cuidad de la creación que gime e instruid a vuestros fieles en el arte de protegerla con justicia y paz”.
Por último, el Papa León XIV les animó a seguir adelante en su servicio “con valentía y esperanza”, transmitiéndoles su cercanía con oración y afecto.
“Que la Virgen María, Nuestra Señora de Madagascar, os proteja. Que el beato Raphaël Rafiringa, la beata Victoire Rasoamanarivo, san Jacques Berthieu y todos los santos de vuestra tierra intercedan por vosotros”, concluyó el Santo Padre.