Irán, cardenal Mathieu: La guerra no resuelve nada. Oremos por las negociaciones

La reflexión del arzobispo latino de Teherán-Ispahán sobre el conflicto que ha estallado entre Israel y el país en el que vive: Me encuentro delante de desplazados, heridos, muertos. En ambos países hay muchas víctimas. Es una guerra aérea que ha obligado a muchas personas a abandonar sus hogares para trasladarse a zonas del interior más seguras.

Federico Piana – Ciudad del Vaticano

«Hoy me encuentro ante víctimas colaterales: desplazados, heridos, muertos. En ambos países hay numerosas víctimas civiles, tanto intencionadas como involuntarias». Desde una capital iraní sometida a intensos bombardeos y sometida a duras pruebas, llega el testimonio del cardenal Dominique Joseph Mathieu, arzobispo de Teherán-Ispahán de los Latinos.

Aparente normalidad

El cardenal cuenta con dolor a los medios vaticanos que, en el undécimo distrito de la ciudad donde se encuentra, en el sexto día consecutivo de guerra, parece haber reiniciado una aparente normalidad: “La conexión a Internet se ha restablecido recientemente, el sol brilla y los pájaros cantan, las temperaturas son agradables”. Pero es solo una apariencia, precisamente, porque por la noche “la defensa aérea está más activa que nunca. Y, en el fondo, todo esto es tranquilizador porque aquí no hay refugios donde refugiarse ni sirenas que avisen con antelación del peligro de los misiles”.

Conflicto sin fronteras

El cardenal Mathieu explica también que se trata de una guerra sin ejércitos enfrentados: «No existe una frontera común donde puedan entrar en contacto, por lo que todo se desarrolla en el espacio aéreo donde combaten misiles y drones, esencialmente un conflicto asimétrico donde se viola sistemáticamente el espacio aéreo de otras naciones».

Comunidad en fuga

Añade luego detalles detallados e inéditos sobre la situación de la comunidad local que habría «permanecido parcialmente en las zonas afectadas mientras muchas otras personas se trasladaron a zonas más seguras del país». Además, por el momento, algunas embajadas están esperando hasta finales de esta semana antes de pensar en evacuar definitivamente.

Sangre derramada en vano

El pensamiento preocupado del arzobispo de Teherán se centra también en la inutilidad de la guerra: «No es la solución – dice con convicción – quizá sería mejor que las partes volvieran a la mesa de negociaciones, por eso nos comprometemos a orar intensamente. Estos días puedo experimentar que muchas personas me han expresado su cercanía. Muchas gracias a todos. Oramos por vosotros, oramos por nosotros, unidos en Cristo que salvó al mundo derramando su sangre. Quisiera recordar la carta a los Efesios en la que se dice que Jesús «hizo de los dos un solo pueblo», derribando el muro de separación que los dividía, es decir, la enemistad entre nosotros».



Source link

Related posts

El Papa a los futuros nuncios: Sirvan con humildad y mansedumbre

Informe Jubilar sobre la deuda: replantearse la arquitectura financiera

León XIV a los Franciscanos y Trinitarios: Carismas al Servicio de los Perseguidos