El Papa León XIV recibió a los Capítulos Generales de los Hermanos Menores Conventuales y los Trinitarios, reflexionando con ellos sobre la riqueza de sus carismas, la fidelidad al Evangelio y el servicio a los perseguidos.
Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano
En una audiencia celebrada hoy, el Papa León XIV recibió a los miembros de los Capítulos Generales de los Hermanos Menores Conventuales y la Orden de la Santísima Trinidad y Esclavos, así como a los delegados de las Terceras Órdenes y de los grupos laicales. En su mensaje, el Santo Padre ofreció una meditación profunda sobre la complementariedad de sus carismas, la fidelidad al Evangelio y el servicio a los perseguidos por la fe.
Una imagen que inspira unidad
A partir de esta imagen león XIV reflexionó sobre dos actitudes esenciales en la vida consagrada: la docilidad al Espíritu y la colaboración con el discernimiento de la Iglesia.
San Francisco, representado de rodillas con un gran libro abierto, personifica la radicalidad evangélica expresada en su célebre deseo de “vivir la regla del Santo Evangelio sine glossa”. Por su parte, San Juan de Mata, de pie con la Regla aprobada, representa el trabajo de discernimiento eclesial necesario para encarnar ese carisma, dijo. “Ambas actitudes, lejos de estar reñidas, se iluminan mutuamente”, dijo el Pontífice, subrayando que esta complementariedad sigue siendo un modelo para el servicio de la Santa Sede a los carismas en la Iglesia.
Trinitarios: consuelo para los perseguidos
Dirigiéndose en particular a los Trinitarios, León XIV elogió su enfoque centrado en los perseguidos por su fe, una vocación profundamente arraigada en la tradición de la orden. Aludiendo a las palabras de san Pablo, «Perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados» (2 Co 4,9), me uno a esta oración, agregó en español el Papa pidiendo también a Dios Trinidad que éste sea uno de los frutos de su asamblea, que no dejen de recordar en su oración y en su esfuerzo cotidiano a los perseguidos por causa de su fe. Esa parte, la tercera ―referente a los perseguidos―, según el magisterio de San Agustín, dijo, es la parte de Dios y la que marca la vocación del libertador de su Pueblo (cf. Cuestiones sobre el Heptateuco, lib. II, 15). Luego animó a los religiosos a mantener viva esta misión en contextos difíciles como la Península Arábica, Oriente Medio, África y el subcontinente indio.
Franciscanos Conventuales: discernir para servir
A los Hermanos Menores Conventuales, el Papa los animó a continuar su camino de discernimiento en el marco de sus Capítulos Generales y Provinciales. Les recordó que sus decisiones deben nacer de la escucha al Espíritu y al hermano, atentos a los signos de los tiempos y a las llamadas del Magisterio.
En el año en que se celebra el octavo centenario del Cántico de las Criaturas, el Pontífice les exhortó a ser un “recuerdo vivo de la primacía de la alabanza” y reconoció la expansión de la orden en el Extremo Oriente como signo de vitalidad misionera.
El encuentro concluyó con una oración: El Papa recitó las alabanzas a Dios Altísimo, el trisagio compuesto por San Francisco de Asís:
“Tú eres santo, Señor, Dios único, que obras maravillas. Tú eres fuerte, Tú eres grande, Tú eres altísimo, Tú eres rey todopoderoso, Tú, Padre santo, rey del cielo y de la tierra” (Fuentes Franciscanas, 261).
Una oración que resuena como síntesis del espíritu evangélico que ambos carismas están llamados a renovar y custodiar en la Iglesia de hoy.