El Vaticano estrenó este 20 de junio el documental “León de Perú”, que narra el paso de Robert Prevost como sacerdote y obispo en el país sudamericano antes de ser elegido sucesor de Pedro y tomar el nombre de Papa León XIV.
“Este documental recorre la obra misionera de Robert Francis Prevost en Perú. El viaje recorre diversos lugares del país, como Chulucanas, Trujillo, Lima, Callao y Chiclayo, donde las voces de diferentes personas relatan la labor pastoral y social del futuro Papa”, señala una nota de Vatican Media.
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El documental es una producción de la Dirección Editorial del Dicasterio para la Comunicación y ha sido realizado por los periodistas Salvatore Cernuzio, Felipe Herrera-Espaliat y Jaime Vizcaíno Haro.
Esta producción se estrenó en español, italiano e inglés, en el día en que la Iglesia Católica celebra a San Juan de Matera, un monje italiano a quien Dios protegió de la calumnia.
El Papa y la cultura del Perú
En el documental, el Obispo del Callao, Mons. Luis Alberto Barrera, comenta cómo es que el Papa León XIV fue adoptando la cultura del Perú, comenzando por el idioma castellano.
“Robert no se sentía como alguien extranjero. Si le escuchan hablar en español —generalmente los americanos tienen un dejo fuerte—, él no. Había asumido tan bien la lengua española que lo hablaba como un peruano”, dijo el prelado.
“El diálogo siempre ha sido con él muy fraternal, de hermanos y también su sentido de empatía con la cultura, su cercanía marcaba la diferencia completamente. Había hecho un proceso de inculturación, de entrar en la cultura del Perú y de hablar como nosotros”, destacó el obispo.
La labor del Padre Roberto con mujeres que cayeron en la prostitución
Otra de las historias que muetra el documental es el testimonio de Sylvia Vázquez, una mujer de Chiclayo que fue víctima de trata cuando era niña, quien recuerda el acompañamiento y la ayuda recibida por parte de Robert Prevost, sosteniendo la labor de la congregación de las Hermanas Adoratrices, que daban educación a mujeres que habían caído en la prostitución.
“Al Padre Prevost lo conocí porque él también estaba junto con las hermanitas Adoratrices, también se reunía con las personas del grupo de trata de personas”, recuerda la mujer que también ayudaba a las víctimas de trata en la ciudad del norte del Perú.
“Íbamos a ver a las chicas a los bares, a los sitios, a invitarlas a los talleres y el Padre [Prevost] hacía Misa, todas las chicas escuchaban y algunas hablaban con él y el Papa también las escuchaba”.
Sylvia destaca que con estas mujeres, muchas de las cuales eran madres de familia y habían caído en la prostitución por la pobreza y la falta de trabajo: “el Papa León (fue) muy bueno, él ha sido muy generoso y él me decía: ‘Sylvita, tu eres una bella persona, una valiosa, estás ahí en el grupo en el que estamos y nos va a ir bien”.
El P. Robert Prevost, de la Orden de San Agustín, llegó por primera vez al Perú en 1985, concretamente a la Prelatura —ahora diócesis— de Chulucanas, el año en el que asumió el poder el fallecido expresidente Alan García, quien al final de su primer gobierno dejó al país sumido en una crisis económica gravísima.
Poco después, el ahora Papa León XIV volvió a Estados Unidos y, tras un tiempo allá, retornó nuevamente al Perú en 1988, ahora a la Arquidiócesis de Trujillo, donde se encargó de formar a los agustinos y donde fue profesor en el Seminario de San Carlos y San Marcelo, además de cumplir diversas labores pastorales en varias parroquias locales hasta 1999.
Luego fue prior provincial en Chicago y sirvió también, en dos periodos, como prior general de los agustinos. En 2014 regresó a la costa norte del Perú, ahora a la Diócesis de Chiclayo, de la que primero fue administrador apostólico y posteriormente obispo.
El Santo Padre asumió la nacionalidad peruana en 2015 y recibió el documento nacional de identidad, cuyos datos actualizó a finales de este mes de mayo en el Vaticano.
Mons. Robert Prevost también sirvió como Administrador Apostólico del Callao y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana, donde el secretario adjunto, el P. Guillermo Inca, guarda un recuerdo grato de él: “La emoción de haber escuchado el nombre del Cardenal Robert Prevost como Papa, Pastor de la Iglesia Universal, fue realmente indescriptible, un momento inolvidable”, dijo el sacerdote a ACI Prensa el pasado 10 de mayo.