León XIV: Cristo es la respuesta de Dios al hambre del hombre


En su homilía durante la santa misa de la Solemnidad del Corpus Christi en la explanada de la Archibasílica Papal de San Juan de Letrán este domingo 22 de junio, el Pontífice recordó que la Eucaristía no es rito aislado, sino entrega que transforma. Ante un mundo herido, llamó a partir el pan como gesto de fe y justicia.

Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano

“Es hermoso estar con Jesús”, con esta constatación el Papa León XIV comenzó su homilía en la santa misa en la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo que presidió este domingo 22 de junio de 2025 en la explanada de la Archibasílica Papal de San Juan de Letrán.

El Romano Pontífice destacó que “Cristo es la respuesta de Dios al hambre del hombre”, subrayando el valor central de la Eucaristía en la vida cristiana y en la transformación del mundo.

Ante miles de fieles reunidos para conmemorar la festividad del Corpus Domini, el Obispo de Roma reflexionó sobre el Evangelio de la multiplicación de los panes (Lc 9,11-17), resaltando cómo la compasión de Jesús revela la cercanía amorosa de Dios. En palabras del Papa: “Cuando Dios reina, el hombre es liberado de todo mal”, pero incluso los que reciben la buena nueva experimentan el límite de la vida, simbolizado por el hambre y la caída del día.


El Papa pronuncia su homilía en la santa misa en la solemnidad del Corpus Christi.   (@Vatican Media)

Una lógica divina de compartir

Frente a un mundo que experimenta “hambres materiales y espirituales”, el Papa León XIV contrastó la lógica divina del compartir con la lógica humana de la acumulación. “A la urgencia del hambre, Jesús responde con el signo del compartir”, explicó. Según el Sucesor de Pedro, la multiplicación de los panes no fue un acto de magia, sino el fruto de una comunión con el Padre y con los hermanos.

“En lugar de compartir, la opulencia desperdicia los frutos de la tierra”, sentenció, recordando que en este Año Jubilar los cristianos están llamados a ser signos vivos del Reino mediante el servicio y la solidaridad. Compartir el pan, afirmó, “multiplica la esperanza” y anuncia la presencia salvadora de Dios.


Santa misa en la Solemnidad del Corpus Christi presidida por el Romano Pontífice en la Archibasílica Papal de San Juan de Letrán.   (@Vatican Media)

La Eucaristía: pan que no se agota

La prédica versó luego sobre el misterio de la Eucaristía, que el Papa definió como “la verdadera, real y sustancial presencia del Salvador”, citando al Catecismo de la Iglesia Católica. “Nuestra naturaleza hambrienta lleva la marca de una indigencia que es saciada por la gracia de la Eucaristía”, afirmó. Recurriendo a san Agustín, recordó que Cristo es un pan “que se puede comer pero que nunca se agota”.

El Santo Padre subrayó que la comunión eucarística transforma a los creyentes en el cuerpo mismo de Cristo y construye la unidad de la Iglesia. De ahí, añadió, nace el compromiso de llevar a Jesús “al corazón de todos”.


El Pueblo de Dios congregado en la explanada de la Archibasílica Papal de San Juan de Letrán.   (@Vatican Media)

Una procesión que es testimonio

Al concluir, el Pontífice anticipó la procesión eucarística por las calles de Roma como un signo visible de la fe que camina. “Lo ofrecemos a la mirada, a la conciencia y al corazón de la gente”, dijo, invitando a todos a ser testigos del amor que sacia toda hambre humana.

Con palabras llenas de esperanza, León XIV animó a los fieles a convertirse en “invitados y testigos del amor de Dios”, que se dona sin reservas en el pan consagrado. “¡Dichosos los invitados, que se convierten en testigos de este amor!”, exclamó.


Santa misa en la Solemnidad del Corpus Christi presidida por el Pontífice en la Archibasílica Papal de San Juan de Letrán.   (@Vatican Media)



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