En la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, en la que la Iglesia Católica celebra la presencia real de Jesús en la Eucaristía, el Papa León XIV aseguró que los dones de Dios “crecen cuanto más se comparten”.
Ante los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro para escuchar el Ángelus, el Santo Padre centró su mensaje en el significado profundo de la Eucaristía y en el valor del compartir. Comentando el Evangelio del día, que relata el milagro de los panes y los peces (cf. Lc 9,11-17), el Pontífice afirmó que “los dones de Dios, incluso los más pequeños, crecen cuanto más se comparten”.
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Así, explicó que “el milagro, más allá del prodigio, es un signo” que remite a una realidad más profunda. “En la raíz de todo compartir humano hay uno más grande que lo precede: el de Dios hacia nosotros”, señaló.
“Él, el Creador, que nos dio la vida, para salvarnos pidió a una de sus criaturas que fuera su Madre, para asumir un cuerpo frágil, limitado, mortal, como el nuestro”, recordó el Santo Padre.
Del mismo modo, destacó que Dios elegido compartir “hasta sus últimas consecuencias” la pobreza de los hombres, “eligiendo valerse, para redimirnos, precisamente de lo poco que podíamos ofrecerle”.
Refiriéndose al misterio eucarístico, señaló que “en la Eucaristía, entre nosotros y Dios, sucede precisamente esto: el Señor acoge, santifica y bendice el pan y el vino que ponemos en el altar, junto con la ofrenda de nuestra vida, y los transforma en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sacrificio de amor para la salvación del mundo”.
“Dios se une a nosotros acogiendo con alegría lo que le presentamos y nos invita a unirnos a Él recibiendo y compartiendo con igual alegría su don de amor”, añadió.
León XIV citó a san Agustín para subrayar el sentido comunitario de este sacramento: “Como el conjunto de muchos granos se ha transformado en un solo pan, así en la concordia de la caridad se forma un solo cuerpo de Cristo”.
Al final del Ángelus, el Papa recordó la procesión que lo llevará hasta la Basílica de Santa María la Mayor, prevista tras la celebración a las 17:00 (hora local) de la la Misa en la Basílica de San Juan de Letrán, la catedral del Papa como Obispo de Roma: “Celebraremos juntos la Santa Misa y luego nos pondremos en camino, llevando el Santísimo Sacramento por las calles de nuestra ciudad”.
“Cantaremos, rezaremos y, finalmente, nos reuniremos en la Basílica de Santa María la Mayor para implorar la bendición del Señor sobre nuestros hogares, nuestras familias y toda la humanidad”, anunció.
Concluyó su reflexión invitando a los fieles a dejarse transformar por la Eucaristía: “Que esta celebración sea un signo luminoso de nuestro compromiso de ser cada día portadores de comunión y paz los unos para los otros, en el compartir y en la caridad”.